QUIEN ESTÉ LIBRE DE PECADO... por arspr

Portada de LA IMPACIENCIA DEL CORAZÓN

Ya he comentado en recientes reseñas (Una cuestión personal) que me suele fascinar el tema de exploración de los pequeños o grandes demonios personales, el cómo nuestros miedos y/o debilidades pueden pasar de ser completamente justificables, comprensibles e incluso dignos de compasión y empatía externa a ser los causantes de comportamientos injustificables y directamente incomprensibles.

Y esto puede ocurrir bien en situaciones límite, (Una cuestión personal), pero también en el día a día, en la madeja de interrelaciones a priori irrelevantes, a priori insignificantes que vamos tejiendo con quienes rodean.

Pues bien, de esto último y con gran maestría, es de lo que se compone este libro. Centrado en un pobre diablo de teniente más verde que una lechuga, se nos narra en forma “autobiográfica” cómo, sin maldad ninguna por su parte, se involucra en una historia agobiante y atosigante. Y ¿cuál es su pecado? Pues simplemente ser un ingenuo; tener cierto (gran) complejo al “qué dirán”; la práctica de compasión de todo a cien para calmar remordimientos, no como fin en sí misma, (¿cuántas limosnas y cuotas a ONGs son del mismo pelo?), creerse por momentos el salvador universal, etc., etc. Es decir, ser uno más de este rebaño llamado humanidad.

¿Y el pecado de los que, también de forma involuntaria, le enredan en la tela de araña que acaba asfixiándole (y a ellos de paso)? Pues otros de la misma naturaleza: el egoísmo del enfermo, el doy todo por mi hijo/familia/grupo social pero el resto del planeta me importa un bledo, “el honor de mi regimiento es lo primero”, etc., etc.

Total, que todo ello junto y sumado genera situaciones dramáticas pero absolutamente cotidianas, (¿cuántos divorcios, depresiones, follones familiares o laborales no tienen cuarto y mitad de uno u otro de los aspectos tocados en el libro?). Vamos, que nunca está de más leer y analizar, para intentar aprender sobre cuánto nos toca de ellas.

Por tanto un libro sumamente recomendable. Porque aunque en algunos puntos argumentales es un poco forzado, (da la impresión que las cosas suceden a la medida exacta y en el momento exacto necesarios para genera tensión), y un poco folletinesco, hay que reconocer que la narración de los estados de ánimo de Hoffmiller es de una exquisitez que roza la perfección. Ya lo había indicado en “Carta de una desconocida”, este autor era capaz de sacar petróleo de la nada, (o quizás es el todo), más mundana y corriente.

(Y de nuevo le voy a votar publicitariamente con un 9, aunque posiblemente mi nota “aséptica” haya sido un 8).

Escrita hace 11 años · 4.5 puntos con 6 votos · @arspr le ha puesto un 9 ·

Comentarios

@sedacala hace 11 años

Tengo, un recuerdo vago del argumento de esta novela; hace ya años que la leí, pero es de esos libros, de los que no esperas mucho y sin embargo te causan una magnifica impresión. Yo también le puse el 9. Pero ya entonces, recuerdo que no tuve demasiado claras las claves por las que me impresionó. En realidad, se narran unos hechos que no tienen repercusiones históricas o de un interés especial, al contrario, es una sencilla situación, cotidiana…, como tú dices. Repito otra vez (ya lo había dicho en algún otro momento), que hay algunos autores centroeuropeos de lengua alemana a los que soy muy receptivo; Zweig es uno de ellos, como también Músil o Joseph Roth.