BRILLANTE CLAUSURA por Hamlet

Portada de SIEGFRIED

Por fin ha aparecido “El crepúsculo de los Dioses”, la tercera y última entrega de la estupenda trilogía “Siegfried” de Alex Alice, cuyo primer título se editó por vez primera en nuestro país en el 2008. Cuatro años hemos tardado en ver el colosal final de una de las series más épicas, espectaculares y emotivas de los últimos años. Una serie que, en mi opinión, se convertirá en todo un clásico del cómic de aventuras y cuya versión animada, a cargo del mismo Alice, esperemos en breve se vea estrenada en la gran pantalla tal y como está previsto.

Los tres albums que componen la saga son “Siegfried”, “Siegfried II: La Valquiria” y “Siegfried III: El crepúsculo de los Dioses” y están lujosamente editados por NORMA EDITORIAL. El argumento base de la trilogía de Alice no es otro que el mítico drama musical “El anillo del Nibelungo” ( Der Ring des Nibelungen), cuya composición exigió del compositor alemán Richard Wagner 26 años de su vida y que hunde sus raíces, con plena libertad creativa, en figuras y elementos de la mitología germana, particularmente de las Sagas islandesas, así como del “Cantar de los Nibelungos”, el poema anónimo germano del siglo XII que era considerado por los románticos alemanes como su “Saga Nacional” por excelencia. La mencionada obra de Wagner se compone de cuatro óperas épicas que son “El Oro del Rin”, “La Valquiria”, “Sigfrido” y “El crepúsculo de los dioses”. No obstante, a diferencia de P. Graig Russell que sí las adaptó fielmente y al completo, Alice se centra tan sólo una parte de la vasta tetralogía wagneriana. En concreto en toda aquella que tiene como principal epicentro al personaje de Siegfried. Aún así, la obra abunda en necesarias referencias a hechos anteriores que permiten entender el drama de los personajes en toda su magnificiencia, y que son introducidas por el francés con plena maestría y tino.

El primer album se inicia majestuosamente con un prólogo (“Obertura” en referencia a su origen musical) vigoroso, dramático y carente de diálogos. Todo él está narrado únicamente con imágenes, en una sinfonía visual de viñetas, a cual más impresionante, que muestra ya desde el inicio la poderosa habilidad narrativa del guionista y dibujante francés. En ella vemos a dos personajes, un hombre y una mujer, que azotados por una sobrecogedora tormenta de nieve, avanzan penosamente por un bosque. La mujer está embarazada y parece que huyen de alguien. Al llegar a una llanura, frente a un lago helado, son alcanzados por sus perseguidores: un grupo de indiferenciados jinetes, que ocultan sus rostros tras fantasmagóricos yelmos, y que van completamente vestidos de blanco, como completamente blancas son sus monturas. Rodean a la joven pareja y se mantienen a distancia, esperando algo… o a alguien. Entonces, de una enorme nube negra, desciende, a lomos de un caballo negro, un gigantesco jinete que lleva una lanza y viene seguido de un par de cuervos (aunque la escena es muda, queda instantánea e inequívocamente claro que se trata de Odín, Wotan, padre de todos, y sus inseparables cuervos Hugin y Munin). Éste extiende su amenazante lanza hacia la sufrida pareja, en gesto de condena, y el joven, acorralado, se lanza contra él espada en mano...

Pero prácticamente nada puede romper la sagrada lanza de Odín, que representa la inquebrantabilidad de su ley, y la espada se rompe cuando golpea con ella. Acto seguido, el aguerrido hombre es fulminantemente atravesado por la lanza, cayendo inerte junto a su amada, que se retuerce del dolor y mira suplicante al implacable Dios. Como única respuesta, Odín se arrodilla junto a la hermosa joven y le retira una dorada manzana del pecho. Le retira su inmortalidad. Luego la abandona a su mortal suerte, desvalida y sola en la rugiente tormenta. Pero hay alguien que aún observa, por unos instantes, a la agonizante muchacha desde el linde del bosque. Uno de los jinetes blancos. Una de las valquirias. Luego desaparece, la chica desfallece sobre la nieve, y la quebrada espada del joven se hunde en las heladas aguas del lago.

De esta bella y dramática forma da comienzo una saga que no pierde interés en ningún momento, incluso para aquellos que ya conozcan la historia por otras fuentes. Y es que Alex Alice ha sabido imponerle su impronta propia al clásico, más allá de lo puramente gráfico, dando a los socorridos personajes su toque personal, una voz propia, pese a la enorme deuda contraída con sus orígenes.

También introduce una estructura narrativa distinta, en absoluto clásica, y alejada del original. Una vez acabado el prólogo, anteriormente explicado, el autor nos traslada a una húmeda caverna construida de forma natural por una agrupación de retorcidos árboles, completamente cubiertos por un verdísimo musgo, y en el centro de la cual hay una laguna. Frente a ella, a ambos lados, se encuentran una valkyria y Volvä, una ancestral criatura con cuerpo de árbol y cabellera de helechos, que tiene como don el manejar las estancadas aguas para mostrar el pasado, el presente o el futuro, a quien éste dispuesto a pagar un precio por ello. Ambas conversan acerca de un tal Siegfried, del que la valkyria quiere saber si tendrá éxito en su empresa. La vieja Volvä remueve las aguas y vemos, al igual que la valkyria, una serie de acontecimientos pasados que nos ponen en antecedentes. Así descubrimos como Odín sometió todo lo conocido al poder de su lanza Gugnir, de su ley. Todo menos una cosa. Todo menos el Oro. Un Oro que otorga un terrible poder a quién lo posee, pero que a cambio exige una infinita renuncia a amar o ser amado. Odín, que no estaba dispuesto a renunciar al amor, ocultó el Oro bajo las aguas de una laguna y puso a la mayor de sus hijas, una valkyria, como su guardiana. Y así permaneció, fiel a su cometido, exiliada desde la noche de los tiempos, hasta que un buen día descubrió algo que Odín no había previsto: un apuesto joven se arrodilló sobre las aguas de la laguna, ella lo vio y se enamoró perdidamente. Su descuido fue aprovechado por Fafnir, el más repulsivo del pueblo de los nibelungos, criaturas que cavan la tierra, temerosos de la luz del Sol que los convierte en piedra. Fafnir, que se había enamorado de la bella Valkyria y que había sido rechazado numerosas veces por ésta, se apoderó del Oro y maldijo por siempre el amor. De regreso a su cavernoso reino mandó que su hermano, el hábil herrero Mime, le forjara un anillo con el Oro. Un anillo que acabó devorando y que le convirtió en un temible y despiadado dragón que desde entonces carcome las entrañas de la Tierra y amenaza con la destrucción del mundo. Odín, cargado de ira por el descuido de su hija, por el que considera un imperdonable desacato a su ley, la persigue a ella y su amado con el final ya visto en el prólogo. Lo que no se veía en él, y ahora sí, es que la joven, antes de morir, hace entrega de su recién nacido hijo a un nibelungo que pasa por allí huyendo de la locura de Fafnir. El nibelungo es el herrero Mime y el niño es Siegfried. De esta forma vamos viendo, a través de las imágenes conjuradas por Volvä, la dura infancia del niño, junto al cascarrabias Mime y una manada de lobos, en la frondosidad del bosque. Vemos cada uno de los pasos, aventuras y sucesos que lo llevarán a su incierto enfrentamiento con el dragón Fafnir, en pos de su destino.

Alex Alice juega con maestría y firme pulso con diversas líneas temporales a lo largo de los tres albums, reforzando la idea del inamovible destino. Consigue construir, ya sea sirviéndose del pasado, del presente o incluso del futuro, un relato sólido, épico y terriblemente dramático, digno de la grandiosidad mítica de la leyenda a que hace referencia. Eso no quita que haya momentos para el humor, la ternura y lo íntimo. Más bien al contrario, la savia de la que se nutre esta colosal aventura se encuentra en los sentimientos de sus personajes, ya sean hombres, dioses o nibelungos. “Siegfried”, el cómic, sabe combinar a la perfección lo intimo y lo épico, lo pequeño y lo grande, las pasiones y deseos de unos personajes con una grandilocuente y mayúscula lucha por la salvación del mundo. De hecho, todos los personajes se verán siempre superados, una y otra vez, por sus sentimientos más profundos, incluso aquellos que debieran estar por encima de ellos. Alice nos ofrece así una galería de personajes fantásticamente construidos, que encajan a la perfección en una historia que les trasciende a todos ellos.

El artista francés logra tocar varias teclas a lo largo de ésta, su particular sinfonía. Teclas que no se encuentran en Wagner, ni en "El Cantar de los Nibelungos”, pero que dotan al relato de nuevos e insospechados ecos como, por ejemplo, el humor y la profunda ternura de la relación entre Mime y Siegfried, pese a sus más evidentes diferencias. Humor que también se trasladará a la relación entre Mime y Grane, el corcel volador, y que siempre estará perfectamente medido y controlado para no quebrar la épica y dramatismo general de la obra. Alice es consciente que, para conseguir emocionar al máximo al lector con las escenas épicas y dramáticas, antes tiene que ir construyendo con esmero un lazo de conexión empática de éstos con el lector, de manera que éste no sea indiferente a lo que les pueda suceder. Una de las formas de conseguir tal vínculo es con esas escenas, simpáticas y distendidas, que nos muestran el lado más tierno y divertido de los personajes. Eso no quita que los aspectos más feos y despreciables se nos oculten. No. Alice también nos muestra las caras más detestables de todos ellos: su egoísmo, su obstinación, su crueldad, su falta de piedad, su ambición... Pero como en todo buen personaje ni los unos ni los otros agotan su personalidad, definiéndolos férreamente, si no que conviven en esa sutil amalgama basculante que es el carácter de cada uno. Incluso Fafnir, el más arquetípico y plano de los personajes, una suerte de mal encarnado, encuentra la fuente de su odio en el despecho y el desamor. En el fondo no es más que un pobre desgraciado, que viendo frustradas sus aspiraciones amorosas, maldice el objeto de su daño. ¿Hubiera habido Fafnir-dragón si su amor hubiera sido correspondido? Seguramente no. Y es que “Siegfried” es, por encima de todo, un canto al poder del Amor. Pero que nadie lo interprete como un amor noño e ingenuo, como una historia sensiblera, porque no es así. Es un canto al poder del amor en todas sus facetas y afluentes: hacía los hijos, hacía la pareja, hacia los amigos, etc…y, como no, en su más desviadas manifestaciones o ausencias: los celos, el egoísmo, la envidia, el rencor, la inmisericordia, etc. Es un amor fuerte, capaz de superar y subvertir todo, de doblegar incluso lo indoblegable. El mismo Odín, que ansia el pleno control sobre la creación, dirá de él que es “el origen de todos los males”, y lo dice porque escapa a su poder, porque es imprevisible, porque cala hasta en aquellos que son fieles a su ley y designios. Por eso se le ofrece el dilema de conquistar el poder absoluto, el Oro del Rin, el anillo del nibelungo, que implicaría la destrucción total del amor…o sucumbir ante éste último y dejar el mundo a su libre albedrío, más allá de su ley. Este es el dilema que se le ofrece al padre de todo. ¿Podrá el amor ayudar a Siegfried en su lucha con Fafnir? ¿Podrá el amor romper la inquebrantable lanza de Odín? ¿Significará eso el ocaso de los dioses?

Qué duda cabe entonces que uno de los temas principales de la obra, y de la obra wagneriana, es la lucha del amor, que se asocia a la naturaleza y la libertad, contra el poder, asociado a la civilización y la ley. ¿Y qué significa el anillo? Pues eso dependerá del sentido que cada lector le atribuya. Algunos han querido ver en él una representación de lo industrial y su poder alienante sobre el hombre libre, primitivo y esencial, convencido amante de la naturaleza. Pero da igual. La historia que nos presenta el “Siegfried” de Alice no requiere de interpretaciones en clave sociológica ni psicológica para ser plenamente disfrutada y entendida. El poder de sus imágenes, de su épica, es tal que no requiere de ello para alzarse a cimas del noveno arte que pocos alcanzan. Es una conmovedora y vibrante historia de dioses, héroes y magia.

¿Hay diferencias argumentales entre la obra de Wagner y la de Alex Alice? Pues sí, las diferencias son numerosas. Algunos personajes no existen en el original wagneriano (Völva), otros no aparecen en la versión de Alice ( Loke, Fasolt, etc), y otros suponen una reinvención. Por ejemplo, Fafnir, aquí un nibelungo, supone en gran medida una fusión del Fafnir (gigante) y el Alberich ( nibelungo) de la ópera wagneriana. La madre de Siegfried no es una Valkyria, como aquí, si no Sieglinde, una mortal (nacida de la relación de Odín con una humana), que concibe un hijo con su hermano mellizo Siegmund, mancillando el honor de su legítimo pero detestable esposo Hunding. Un sacrilegio que Odín deberá castigar muy a su pesar. Y aún hay muchas más variaciones y cambios, que lejos de ser un pero a la obra de Alice, son un acierto, ya que se mantiene la carga épica y dramática del original pero con una renovación del material de base que el lector, ya versado en los antecedentes, agradece. Alice se sirve de esos referentes para crear una historia nueva, fresca, que respeta el espíritu original y muchos de sus ejes centrales, pero que tiene una personalidad propia.

Para aquellos que quieran una adaptación más fidedigna y fiel a las óperas wagnerianas les recomiendo, sin dudarlo, la magnífica versión de P. Graig Russell que, además de ser un brillante dibujante y hábil adaptador, es un profundo conocedor de la materia. Aunque, vaya por delante, que recomiendo sobretodo leer ambas ya que ambas suponen un maravilloso y diferenciado acercamiento a una saga que hunde sus raíces en el mito ( por cierto, que ya existe un integral sobre la de Russell - yo la tengo en cuatro volúmenes- pero aún no de la de Alice).

¿Y qué hay del apartado gráfico a cargo del mismo Alice? Sinceramente me parece un trabajo realmente asombroso, en la línea también brillante del que él llama su “hermano de armas”, Mathieu Lauffray (Long John Silver, Prophet…). Alice ofrece un continuo espectáculo visual de primer orden donde se aprecian diversas influencias, como el lado más realista de la factoría Disney o el Manga, pero siempre modulados por su propio estilo. Su dominio de los paisajes y las panorámicas es fascinante. Unos paisajes atmosféricos y narrativamente esenciales, porque en “Siegfried” el paisaje y los elementos (lluvia, viento, nieve, etc) son personajes de especial relevancia. Sus ilustraciones captan a la perfección la grandiosidad de la Naturaleza y la Creación, su desbordante magia y animismo, su trascendencia, que se verá encarnada en la figura de Edda, la madre Tierra. Sus viñetas, donde Mime y Siegfried son seres minúsculos frente a una inconmensurable naturaleza, son impresionantes. Alguna de ellas, como la de la plancha 40 del segundo album, demuestra por diversas razones que no estamos ante un cómic cualquiera. En ella, Mime hace mirar de nuevo a Siegfried, y de paso al lector, el paisaje frente al que se encuentran. En un principio, Siegfried, al igual que nosotros como humanos “desencantados”, que ya no creemos en el mito y que hemos perdido la capacidad de ver la huella divina en la naturaleza, ve en el paisaje una catarata, monumental y preciosa eso sí, pero una simple catarata al fin y al cabo. Pero si lo vemos con los ojos de Mime (un nibelungo, un ser pagano y por tanto perteneciente a la esfera mítica y animista), si atendemos a sus indicaciones, vemos en ella un colosal Gigante que sujeta el agua con los brazos. En una sola escena, Alice nos muestra esas dos maneras de ver y relacionarse con el mundo y la naturaleza tan diferentes: una, la nuestra de hoy en día, y la otra, la de nuestros antepasados, que veían la huella de lo divino, con la que luego tejían el mito, por todas partes.

Por otro lado, Alice muestra un amplio repertorio en su estructuración de página y composición de viñetas. Las hay grandes, pequeñas, con marco, sin marco, con fondo oscuro, con fondo blanco, con fondo ilustrado, de una página, de dos páginas, con las tradicionales formas cuadradas y rectangulares, con formas que amplían ese limitado espectro geométrico, etc, etc. Y es que el francés muestra un apabullante dominio de la narración y el ritmo, ágil como el cinematográfico pero exclusivo del cómic.

Otro de los aspectos que me han llamado mucho la atención, y en positivo, es su habilidad narrativa sirviéndose exclusivamente del dibujo, de la sucesión y alternancia de viñetas, de los gestos y miradas de sus personajes, del montaje y gesto de sus acciones. Su prosa visual es tan poderosa y operística que muchas veces no requiere palabras y Alice es plenamente consciente de ello. Por eso, emplea las palabras justas y necesarias. Es habitual encontrar páginas enteras sin texto y, cuando aparece, siempre es traído con tino, amén de estar perfectamente engarzado con las imágenes. Y es que, para colmo, Alice escribe bien, lo que genera una fusión de imagen y palabra de altísimo nivel.

En cuanto a la ilustración de los personajes, decir que, emplea un registro apropiado al carácter de cada uno de ellos. Sus representaciones de Odín, de Siegfried, de las Valkyrias, son majestuosas en su tendencia realista, mientras que sus representaciones del nibelungo Mime o de la bruja Völva, más cercanas a lo fantástico, apuntan su espectro estilístico hacia otros derroteros. Mención aparte merece su colosal dragón, hábilmente manejado en todas sus apariciones para que nunca pierda su efectismo.

El color es generoso y elaborado, acertado en su aportación dramático-narrativa, siguiendo la línea de calidad general del conjunto de la obra.

En definitiva, el “Siegfried” de Alex Alice es, a mi humilde parecer, un imprescindible para los amantes de la aventura, el mito y la épica, y para el aficionado a los buenos cómics e historias en general.

(* Podéis ver esta reseña con imágenes e información en la siguiente dirección:

http://dentrodellaberinto-jareth.blogspot.com.es/2012/09/siegfried-la-trilogia-de-alex-alice.html )

Escrita hace 11 años · 5 puntos con 4 votos · @Hamlet le ha puesto un 9 ·

Comentarios

@Poverello hace 11 años

Completísima reseña y tres más al maletín que no tiene fin. Estarás contento, @Hamlet.

Una vez más recomiendo leer la reseña en tu blog, con maravillosas imágenes y más datos sobre las óperas de Wagner y la versión fílmica del coloso Lang.

@Faulkneriano hace 11 años

Apabullante, Hamlet. Sólo te ha faltada tararear la marcha fúnebre de Sigfrido...

Entonces, ¿con cual te quedas: con Craig Russell o con Alex Alice? Que estamos en crisis...

@lucero hace 11 años

Glup...no queda decir nada, pero ausencia de comentario es injusto! Reverencias Hamlet y por mi parte a dar con el cómic.

@Hamlet hace 11 años

Poverello,

Espero que esta trilogía la coloques en la parte superior del maletín porque no se debe dejar pasar. Es realmente brillante. Y gracias por promocionar el blog!! que en esta ocasión, como apuntas, tiene algunos pequeños "extras", a parte de las habituales imágenes.

Faulkneriano,

No vas desencaminado. Mientras escribía la reseña escuchaba las óperas y la marcha fúnebre de Sigfrifo está claro que sonó. Ya me tenía maravillado desde que siendo pequeño la escuché en "Excalibur" de John Boorman, por primera vez.
En cuanto a la pregunta que me planteas...ummm...es francamente complicada, porque ambas son estupendas. Además, la de Graig Russell abarca mucho más, siguiendo la totalidad de la tetralogía de Wagner a volumen por ópera. No obstante, si de disfrutar de un cómic se trata y sólo puedo elegir uno de los dos por el momento, pues escogería el de Alex Alice. Que Graig Russell me perdone porque soy un devoto de su obra y esta es una de sus grandes. La de Alice es más espectacular, narrativamente más absorbente, pese a que los lápices de Russell quitan el hipo de lo buenas que son. Como a ambos nos apasiona el cine intentaré trazar una analogía que no sé si se era acertada y justa pero que igual expresa mejor lo que quiere decirte que mis palabras. "Siegfried" de Alex Alice sería un "BEN-HUR" de Wyler y "El anillo del nibelungo" de Russell sería un "CLEOPATRA" de Mankiewicz. Ofrecen cosas distintas. Ya te digo, no es una analogía cien por cien ajustada pero es la que me vino a la cabeza y, vaya por delante, que soy un fan de "BEN-HUR" porque lo considero la obra maestra del cine como espectáculo, de lo épico en varios sentidos. ¿Hay películas mejores, con mejor diseño de personajes, con más contenido, etc?...Por supuesto que sí, pero consigue dentro de sus objetivos unas cotas inalcanzables para la mayoría. Buena muestra es que es una película que pese a los años se sigue viendo y cautivando a nuevos espectadores. Y no es baladí el tema de las bandas sonoras, que también podría servir de analogía. La partitura de Miklos Rosza es prodigiosa, poderosísima, épica. Nunca me canso de escucharla. La de Alex North es bellísima, sútil y delicada, en definidas cuentas, es otra cosa. No sé si me habré explicado algo o te he desorientado más. jeje

Lucero,
gracias por el halago, me alegro te haya gustado la reseña, y sí, si puedes miratelo porque pienso que no te arrepentiras si no todo lo contrario. Si entras en mi blog podrás ver también el trailer de la película de animación, que espero se estrene pronto, y que tiene una pinta también estupenda, aunque en lo gráfico el cómic me guste más.

Saludos a los tres y agradeceros la atención.

@Faulkneriano hace 11 años

!Anda! Yo creía que sólo a mí se me ponían los pelos de punta con la marcha fúnebre en Excalibur... La película me gustó tanto que volvi a verla en el cine a los dos o tres días, cosa que he hecho pocas veces. ¡Cuánto lamenté que ya no existiera la sesión continua! Lo de Ben-Hur y Cleopatra lo entiendo, aunque no me guste a rabiar ninguna de las dos...

@Hamlet hace 11 años

A mí también me gusta mucho "Excalibur" de Boorman. De hecho, recientemente la volví a ver porque la tengo en DVD. "Ben-Hur" y "Cleopatra" a mí si me gustan mucho, pero claro, es que soy un apasionado del "peplum". Sin embargo, "Gladiator" que tanto éxito tiene entre la gente no me gustó demasiado. Fui al cine en su momento, con muchísimas ganas, y con un amigo también forofo del "peplum" y salimos los dos con la misma impresión: nos quedábamos tan sólo con la batalla en los bosques al principio. Además siendo los dos fans incondicionales de "Bladerunner", salimos un poco moscas con Ridley Scott. Para mí, pese a su nuevo resurgir, no le llega a la suela de los zapatos del Ridley inicial. "Bladerunner", "Alien", "Los duelistas"...ahí dio lo mejor de si mismo.

@Poverello hace 11 años

Ay... 'Excalibur' de Boorman. la de veces que la he visto. La única peli, que yo conozca, realmente seria y fiel al mito artúrico.

Comparto el disgusto de Faulkneriano respecto a 'Ben-Hur', y para quedar bien, aún más el tuyo, Hamlet, sobre 'Gladiator', que considero algo así como una copia no reconocida de 'La caída del Imperio Romano' (con sus diferencias, no seamos puristas, pleeeease). Comparto fanatismo con el primer Ridley Scott, del que no queda el más mínimo rescoldo. Sniff.

@Faulkneriano hace 11 años

Ridley Scott es muy irregular, por decir algo: véase Prometheus (tiene cosas peores, eso sí) Peor era su hermano Tony, pero como se ha muerto... Mi peplum favorito, La caída del imperio romano (aunque con los italianos, sobre todo los de Maciste, me río mucho más)

@Faulkneriano hace 11 años

Anda, nos hemos cruzado. Muy cierto lo que dices de Gladiator, Poverello. A los que nos gusta La caída... necesariamente no nos gusta Gladiator (salvo la batalla de los bosques, of course, con esa cámara perdida y desenfocada que remite al Welles de Campanadas a medianoche, por cierto, que fue de los primeros en filmar una batalla confusa y deslavazada y no a base de planos generales bien legibles y arregladitos) Cómo nos tira el cine...

@Poverello hace 11 años

No hables mal de los muertos, Faulk... Que queda feo, espera al menos unos meses.

Yo no sé cuál es mi peplum favorito. Aunque no lo sea exactamente, pero como se parece mucho y me impactó cuando lo ví, podría decir 'Cabiria', de Pastrone. Increíble en decorados y novedad en el uso de la cámara. 'Prometheus' si la veo es para poder hablar con propiedad... Nadie me ha hablado bien (¡¡¡y tiene segunda parte!!!).

@Poverello hace 11 años

Nos cruzamos otra vez, ja.

@Hamlet hace 11 años

¿ Y qué me decís del "Espartaco" de Kubrick ? Es otro peliculón. Aunque me gusta "La caída del Imperio Romano", prefiero los tres que cité. De todas formas todos ellos son de grandes directores: Wyler, Mankiewicz, Anthony Mann y Kubrick. De las películas "Bronston" de Anthony Mann prefiero "El Cid" por encima de "La caida del Imperio Romano", aunque repito que también es una película de mi agrado. El "Ben-Hur" mudo de Fred Niblo también es excelente, para muchos superior al de Wyler.

Bueno cinéfilos, buen fin de semana!

@Poverello hace 11 años

Cambio... ¡¿Cómo pude obviar 'Espartaco', por Dios?! Me lo pido, aunque no reniego de 'Cabiria', que me impactó de lo lindo.

@Faulkneriano hace 11 años

Hamlet, acabo de terminar los cuatro libros de Craig Russell y quería aprovechar este hilo para comentar lo bien que me lo he pasado: dos días me ha durado el tomazo, y eso que he procurado degustarlo, porque merece la pena. Lo más sorprendente es que el guión siga fielmente el libreto de Wagner, a veces literalmente: doy fe porque estos días he estado escuchando La valquiria. Un verdadero gusto para los wagnerianos: de paso, leerlo en comic del tirón te permite tener una visión global de la tetralogía, del plan maestro y de las relaciones entre personajes. En casa vimos en dvd las representaciones de las óperas (version pierre Boulez/Patrice Chereau) pero las quince horas eran agotadoras y tardamos un mes en verlo todo. La adaptación "literal" es un riesgo en el comic (no sé si Russell hace lo mismo en otras versiones operísticas que ha hecho en comic, como I Pagliacci: parece que sí) pero un valor añadido para los melómanos.

En fin, que sólo puedo decir cosas buenas de la experiencia. Pediré a la biblioteca del Estado que compre los tres volúmenes de Alex Alice y acabo con el tema. Gracias por el chivatazo.

@Hamlet hace 11 años

Me alegro de que te hayan gustado tanto, Faulkneariano. Sabía de la fidelidad de la adaptación de Russell pero no hasta tal punto de seguir a pies juntillas el libreto. Por lo visto es algo habitual en sus adaptaciones. Es un reconocido aficionado a la ópera, como comentas y demuestra el hecho de que haya adaptado varias al cómic. Sus adaptaciones de libros también tienen esa fidelidad al referente original. Sólo hay que mirarse las de Elric cuando es él quién guioniza.

Mencionas la versión de Pierrez Boulez, que es una de las que yo tengo y escucho y que, si te fijastes en mi blog, es una de las que recomiendo junto con la de Georg Solti.

Lo que comentas sobre la adaptación "literal" es completamente cierto, aunque hay talentos como Russell que lo hacen con una sencillez y éxito admirable. Ya te digo, en el caso de sus adaptaciones de Elric es complejo reunir en unos cómics toda la trama del libro, sin que éste se vea lastrado o pierda su esencia y narrativa comiquera, pero él lo consigue.
Y haces bien en pedir los tres volúmenes de Siegfried porque son una auténtica maravilla. Como indico en la reseña su versión es más libre pero realmente fantástica. Hay que reconocerle ese mérito de ofrecer elementos diferenciales ya que "renueva" la historia para los que ya la conocemos de forma respetuosa y muy digna. A mí me gusto más que el de Russell como te indique. Es más espectacular y narrativamente más cómic. Ya me dirás que te parece cuando lo leas. Espero que al menos te guste tanto como estos.

Un abrazo amigo y gracias a ti.

@Poverello hace 11 años

Terminé el primero, Hamlet. Lo que me urge decir más allá de nada después de tu magna reseña es que hace mucho tiempo que no disfrutaba tanto con un cómic. Apabullante la narración y el dibujo, del que destacaría una faceta a la que no haces referencia: el magnífico uso del color y que reivindica una vez más aquello que algunas veces comento sobre el artista integral (dibujo, entintado y color por el precio de uno) como sucediera con las exquisitas planchas en acuarela en el Blueberry de Giraud y que es más común, que no siempre habitual, en el cómic europeo. Sólo un artista integral como Alice es capaz de transmitir la esencia de una idea, porque enterita la tiene en la mente.
Respecto a la narración destaco lo que comentas sobre la secuenciación, con algunas páginas soberbias en este aspecto (desde la propia obertura hasta la lucha con el lobo), así como el uso de la elipsis, de manera excelente cuando Siegfried se hace mayor.
Sólo una cosa en la que no estoy del todo de acuerdo, aunque es una percepción personal, pues tu lo explicas como positivo. El guión en sí (los diálogos más que la narración, que tiene una estructura circular muy conseguida) me parece normalito y mucho menos elaborado que el diseño del resto de la obra. Alice desarrolla la novela teniendo como base principal y casi única el dibujo, haciéndolo de lujo, eso sí como bien dices, y en muchas ocasiones preferiría que obviara algunos bocadillos de texto, en exceso básicos y poco literarios. Un ínfimo detalle dentro del resto de bondades, sin duda, tantas que deseando estoy meterle mano al segundo volumen (hoy mismo).

Algunas viñetas, así como el diseño fantástico de varios personajes me recuerda inevitablemente la ambientación y atmósfera de 'El señor de los Anillos' de Jackson.

@Faulkneriano hace 11 años

Por cierto, poverello, que cada vez que leo el libreto de Wagner me parece estar asistiendo a las andanzas de Gollum (o Alberico) El oro del Rhin es la génesis directa de El señor de los anillos, se pongan como se pongan los fans de Tolkien. Los puntos de contacto son tan numerosos y evidentes que cualquiera que conozca la ópera (o el comic, gracias a Craig Russell y Alex Alice) no tiene más que recordarlos.

@Poverello hace 11 años

Blanco y en botella, Faulk. Me ceñí al aspecto gráfico porque hablamos de otro arte visual. De la ópera sólo escuché, no vi, pero voy a remediarlo. Lo que sí que creo que debe ser influencia de Tolkien en Alice es la imagen fantástica de algunos personajes, en especial Mime. ¿Así se imaginó Wagner a los Nibelungos? Me extraña.

Por cierto, Hamlet, lo que me estoy acordando de ti. Se me jorobó el PC; estoy con un Network de miniteclado y me cuesta la misma vida no cometer burradas ortográficas cual si estuviera con el móvil. Lo peor, la segunda parte que había empezado a leer la tenía en el de sobremesa. Sniff.

@Hamlet hace 11 años

Saludos!!

Poverello,

me alegro de que te esté gustando el cómic. Cierto es que no comenté nada del color y es francamente sobresaliente. Un descuido por mi parte ni siquiera mencionarlo mínimamente, pero es que me salió tan larga la reseña jaja que ya no sabía ni por donde iba jeje. Sobre lo que comentas de los diálogos puede que no sean muy literarios pero son certeros, bien introducidos, claros, en absoluto barrocos, aunque esto último pudiera justificarse por el referente original. Creo que son unos diálogos que cumplen muy bien su función y que entienden que en una obra épica de este calado lo que prima es el poder de las imágenes. Aún así, ya te digo, creo que es un guión que denota bastante inteligencia por parte de su autor. Mucha sabiduría narrativa.

En cuanto a la influencia de Peter Jackson yo no lo acabo de ver, y mira que soy fan de sus películas y, sobretodo, de "El señor de los Anillos". Es más, la trilogía de Jackson a nivel estético ni siquiera es de Jackson, ya que es el gran equipo artístico del que se rodeo el que le dio la "impronta" visual. Por ejemplo, a los que somos bastante aficionados a la Tierra Media y todo lo que le envuelve, ya nos eran conocidísimos Alan Lee y John Howe, la dos alma matters de los diseñadores de los que se rodeo para la espectacular producción.

Lo que si encuentro es un claro toque Disney en el diseño de algún personaje, como Mime, y de algún animal, como por ejemplo los cachorros lobos. Está claro que Wagner no se los imaginaba así pero bueno ¿qué más da? ¡Viva la libertad creativa en las artes gráficas!

Espero que solventes el problema con el PC pronto amigo, y que disfrutes con las siguientes entregas de "Siegfried" que seguro que te harán vibrar. Ya me dirás.

Faulkneriano,

Yo soy fan de Tolkien, "El hobbit" y "El señor de los anillos" desde que tenía unos 7 años más o menos, que fue cuando empecé a leer sus libros ( recuerdo leerlos con pijama en la cama de mis padres!!!), e incluso algo antes porque ya había visto en cine la versión animada de "El señor de los Anillos" de Ralph Bakshi y me había seducido con su imaginería ( que Nazgûl más terroríficos!! los de Jackson a su lado hermanitas de la caridad!!), y no seré yo quién niegue la enorme influencia o puntos de encuentro entre Tolkien y la saga de Wagner. De hecho, el catedrático de Oxford reconocía muchas de sus influencias, entre ellas el "KALEVALA". No creo que sea un demérito el reconocerlas porque está claro que absolutamente todo tiene sus infuencias. Lo importante es el buen uso que se hace de ellas para entregarnos otra obra admirable, que nos haga seguir maravillándonos ante la riqueza de la artisticidad humana.

Saludos a los dos!! Me alegro que disfrutéis con las versiones en cómic de la tetralogía de Wagner.

@Hamlet hace 11 años

Poverello!!!!!!!!!!!!

Releí la reseña y sí que hago mención del color. jaja Está prácticamente al final y dice: "El color es generoso y elaborado, acertado en su aportación dramático-narrativa, siguiendo la línea de calidad general del conjunto de la obra.".

No me expandí mucho comentándolo pero comentado estaba. jaja

Un abrazo, amigo!! Y espero que le estés hincando ya el diente al segundo volumen!!

@lucero hace 11 años

Leí el I y el II. Salvo decir que soy extraordinarios y que me han dejado muda por el color, la destreza narrativa, de contar sin palabras y a veces casi sin dibujo, de darle cualidad sonora a la escena (capaz que soy muy fantasiosa..ejem)...es un comic que inunda los sentidos. Todo el resto lo han dicho ustedes con propiedad.
Voto por poner el botón Me gusta cuando reseña Hamlet y comentan Pove y Faulk, pues no queda más por decir, y menos en esta obra.
Saludos a los tres

@Hamlet hace 11 años

Gracias, Lucero. Me alegro de que te esté gustando tanto!! Al fin y al cabo, uno de los objetos de las reseñas es ese, descubrirles a otros obras que no han gustado. Me alegro que sea tu caso. Ya verás con el tercero y final...Ya contarás que tal cuando lo acabes!!

Un saludo!!

@Poverello hace 11 años

Pues ya ves, Hamlet, la leí dos veces, y eso que es larga. Sorry, ejem.

Empecé el segundo y arreglé el ordenador, así que seguiré hoy mismo. En principio me parece mejor que el primero, con sentido del humor y más contenido en los diálogos (aunque comprendo y respeto al máximo tu opinión al respecto, Hamlet, y la comparto en cierta medida). Ya comentaré.

Gracias, lucero, la mayoría de las veces soy de los que ni aporto para no 'cagarla' y simplemente gozo gustoso de muchos comentarios. Me da hasta pena no decir ninguna sandez por el mero hecho de compartir que estoy flipando.

@Faulkneriano hace 11 años

Me pongo con los tres volúmenes, que por fin he podido pillar en la biblioteca. Pero ya no leo más de Sigfrido, aunque Poverello haya desempolvado otra versión más para el comic. Parece, fratello, que no te ha gustado mucho...

@Poverello hace 11 años

Pues no mucho, no. el problema es que es básica a más no poder, y eso que considero que Thomas hace una buena adaptación del guión, pero a nivel de estructura de viñetas, planificación... vulgar/vulgaris a pesar del habitualmente solvente dibujo de Kane. Y eso sin compararlo con la obra que vas a emprender, de la que sólo me falta el último volumen. Que la disfrutes.
Por mi parte estoy buscando encarecidamente ala versión de Russell y estoy por ver en breve las dos películas de Lang.

@Hamlet hace 11 años

Ya dirás, Faulkneriano, que tal te parece. Yo de momento también dejo de leer más "Sigfridos y Nibelungos", aunque si se me cruza por delante la versión de Thomas y Kane, para completar ya el ciclo de adaptaciones, no dudaré en echarle un vistazo.

Y tu, Poverello, si te haces con la de Russell ya comentarás. Tengo curiosidad por conocer vuestras opiniones y ver cual de las dos preferis ( la más fiel o la más espectacular )

@Faulkneriano hace 11 años

Apabullante. De verdad. Y una gran satisfacción para los que apreciamos a los autores totales, los que escriben y dibujan. Porque Alice hace muy bien las dos cosas. En el apartado técnico, poco puedo añadir a lo que cuentas, Hamlet. El dibujo es realmente espléndido y la composición, sobresaliente y verdaderamente rompedora.

Pero, curiosamente, es en el aspecto literario donde aprecio más novedades. Alice, más que simplificar, concentra: concentra personajes, tramas, escenarios, alejándose mucho de Wagner, pero a la vez obteniendo una contundente obra épica. Odin, la Volva, Sigfried, Mime, Fafnir y la valquiria son los únicos personajes, y con ellos se las arregla para contar lo que se contaba en la saga wagneriana: la sustitución del reinado de los dioses por el reinado de los hombres. El crepúsculo de los dioses no es elidido, sino quintaesenciado en ese enfrentamiento final entre Odin y Sigried, entre lo divino y lo humano, que hace precipitarse el Valhalla en el abismo. Esa lanza rota... Alice es muy atrevido y no contentará a todo el mundo con su acercamiento heterodoxo, pero este wagneriano confeso se quita el sombrero ante tanta audacia.

@Hamlet hace 11 años

Completamente de acuerdo con lo que apuntas, Faulkneriano. Además me alegra mucho que te haya gustado. Esperemos que este autor tan completo nos regale más joyas en el futuro, porque calidad, en ambos sentidos ( guión-dibujo ), atesora en buenas cantidades.

A ver si ahora que ya salió el tercer tomo, pronto podemos ver el estreno de la película de "Siegfried" por el mismo Alice.

@Poverello hace 11 años

El fin de semana terminé el tercer volumen. Impresionante, Hamlet, el mejor de todos para mi gusto y como bien dices una excepcional forma de terminar la obra. Poco más voy a comentar, pero debo rendir pleitesía a la planificación de este Siegfried: el crepúsculo de los dioses. Brutal. Y me importa poco que se parezca a la obra de Wagner como un huevo a una castaña. Tampoco la ópera de Wagner se parecía especialmente a la leyenda germana real y no pasa nada.

Gracias por acercarnos esta obra, amigo. Más que recomendable.

@Hamlet hace 11 años

Me alegro que te haya gustado tanto, Poverello, y suscribo tu afirmación sobre la fidelidad o no fidelidad a sus referentes. Verdaderamente es una obra con mucha fuerza, aparte de brillante y espectacular desde el punto de vista técnico. Me alegra poderos haber acercado a ella y que no os haya defraudado después de mi elogiosa cantinela. jeje.

@Tharl hace 9 años

¡Qué maravilla! De los mejores comics si he leído, si no el mejor. Claro, tiene trampa. Menudo material de partida... Arma de doble filo también eso de abrirse a comparaciones con los grandes al comentarlos en adaptaciones. El caso es que Alice sale sobradamente airoso.
Poco habéis dejado para decir en éste hilo (y más a uno que ni es especialmente melómano ni conocedor del noveno arte). Solo agradecer de corazón la recomendación, y un par de comentarios.
Me encanta el dibujo, alucinó con la inmensa gama de recurdos narrativos y estéticos de éste autor total; el guión, además de la condensación y destilado del material original, a mí sí me cautivan esos parcos diálogos, nada barrocos, medidos, solo cuando son necesarios y siempre dejando hablar al dibujo, con la única misión de intensificarlo; el color y la composición de las páginas. Vamos, que todo.
Además de las relaciones aue comentáis, mi imaginación ha querido ligar a Siegfried con el Príncipe Valiente. Imagino que por la potencia del dibujo, el héroe sin fisuras de moda y la importante conjunción de épica e intimismo.
Tambien, y aunque no soy asiduo de los museos, algunas viñetas me han evocado elementos de cuadros que he visto y no recuerdo. El odin clavado por su lanza en el árbol antes de ser recogido por su amada, bien podría ser un cristo crucificado; la rebelión de siegfried frente a Odin (pienso en la viñeta en que se lanza a él y su lanza como un demonio con su espada, a la de Satán (habrá algo del satán de milton allí?), o el final de siegfried con la valquiria (precioso final, ese sacarla de la vaina de valkiria con la espada después de provocar el derrumbamiento del valhaja (se escribe así?)...) con Adán y Eva. No sé, estos comics disparan la imaginación
Una joya vamos.

@Poverello hace 9 años

Concho, Tharl, que te ha gustado tanto que has vuelto a votar y todo, je.

Bien que lo merecen, vaya. La asociación de ideas Siegfried-Príncipe Valiente me parece de lo más curiosa. Curiosamente, son desde luego de los mejores cómic que he leído: uno de sus orígenes haya por los años 30 del siglo pasado y otro recién publicado como quien dice. Una maravilla que no decaiga este arte con mayúsculas.