...HABEMUS PAPAM por Hamlet

Portada de BATMAN EL REGRESO DEL CABALLERO OSCURO

( Esta reseña con imágenes podréis encontrarla en: http://dentrodellaberinto-jareth.blogspot.com.es/2012/08/batman-el-regreso-del-caballero-oscuro.html)

Habemus Papam...

Algo parecido a lo que significa esta frase para un creyente debieron pensar muchos de los aficionados, y entendidos, del cómic de superhéroes de los años 80 con la rutilante irrupción de las obras de Frank Miller. Si para un creyente el "habemus papam" representa la confirmación del nuevo representante de Dios en la tierra, la superación de esa orfandad dejada tras la desaparición del anterior Papa, y el inicio de una nueva etapa, con un nuevo guía, que ha de traer la luz de lo divino a sus vidas, eso es, de manera profana, lo que significó Frank Miller para el cómic norteamericano en su más exitosa formula: la de los superhéroes. Pero a diferencia del líder religioso, Miller trajo para los suyos sombras y tinieblas. Unas sombras y tinieblas, maravillosas y fascinantes, seductoras e inquietantes, que vinieron a dinamitar los complacientes esquemas narrativos de un género que clamaba por un cambio hacia la madurez. Y, como toda madurez que se precie, vino acompañada de una rotunda perdida de la inocencia. Pero hagamos algo de memoria sobre la aparición de este memorable ángel oscuro del noveno arte...

Corría el año 79, cuando el poderoso Jim Shooter decidió dar una oportunidad a un joven y desgarbado veinteañero con ganas de labrarse un camino en el mundo del cómic. Ese joven eran Frank Miller y la oportunidad se llamaba Daredevil.
Por aquellos años la colección de Daredevil se encontraba en horas bajas, como confirmaba su cambio a periodicidad bimestral, habitualmente previo a la cancelación. Quizás por eso Shooter no vio ningún riesgo añadido en darle una oportunidad al novato. Lo que supongo no entraba ni en sus más enardecidos sueños era lo que sucedió después. El joven Miller no tan sólo consiguió hacerse en poco tiempo con el guión de la colección, cuando había entrado solo como dibujante, si no que inauguró la más brillante etapa del diablo rojo de la Marvel hasta la fecha.

El secreto de Miller fue dar una vuelta de tuerca más al concepto del personaje ideado en los 60 por Stan Lee, Bill Everett y Jack Kirby, añadiéndole algunos elementos propios que lo llevarían a convertirse en uno de los iconos mejor perfilados de la Marvel, lejos del eterno secundario, y tibio sucedáneo de Spiderman, en que se había convertido. Con Miller, Daredevil pasa a convertirse en un personaje con un cosmos e idiosincrasia propios. El de Maryland vierte ya en Daredevil, con acierto y coherencia, muchísimos de los elementos que le harían mundialmente conocido. Elementos como el marcado estilo noir de sus narraciones, su virtuoso recurso a la violencia, ya sea física como psicológica, su representación de la ciudad como nido de violencia, degradación y perversión ( su inolvidable visión de "Hell's Kitchen"), su desconfianza hacia el establishment y lo institucional, su fascinación tanto estética como filosófica por el bushido y "lo samurai", que eclosionaría en su obra "Ronin", etc.

El flamante camino inaugurado con el Daredevil de principios de los ochenta lo llevaría en poco tiempo a cimas inalcanzables para el común de los mortales. Cimas del medio como "Daredevil: Born Again (86)", "Daredevil: Love and War (86-87)", "Elektra Assasin (86-87)" u otras, fuera del sello Marvel, como "Ronin (84)", "Sin City (91-2000)" o "Give me Liberty (90)", por citar algunas. Y es en esos fecundos mediados de los ochenta donde se forjaría la que quizás sea su mayor obra, o una de las mayores, porque la verdad es que con este hombre es difícil pronunciarse definitivamente. Me refiero a "Batman: the Dark Knight returns", la obra que nos ocupa, que en breve tiempo sería seguida por el también imprescindible "Batman Año Uno (86-87)".

Cuando uno concluye "Batman: el regreso del caballero oscuro", por muchas veces que lo haya leído, desde que apareciera por vez primera en el año 86, es fácil soltar un incontenible y natural suspiro admirativo. Ya a las pocas páginas se tiene la clara conciencia de estar leyendo una obra que se encuentra de forma sólida e imperecedera en el Olimpo del Noveno Arte. A medida que vamos leyendo este regreso del caballero oscuro esa sensación se va afianzando e, increíblemente, nunca se ve defraudada, en lo que es, sin duda, un logro de principio a fin.

Pero una vez repartidos los laureles veamos donde se sustentan.

Para empezar, Miller consiguió con esta obra, inaugurar un nuevo canon dentro del género de super-héroes que ya no tendría fin, aunque en menos ocasiones de las que nos gustaría se hayan alcanzado cotas a la altura de ésta. En el 86 también se empezó a publicar otra de las más indiscutibles joyas del Noveno Arte, con la que Dark knight returns comparte muchas concomitancias, y no me refiero a otras obras del propio Miller de aquel año, también magistrales, sino a "Watchmen" de Alan Moore.

Estaba claro que una nueva era se estaba inaugurando en los cómics de superhéroes. Una etapa más oscura y crítica que la de doradas épocas anteriores, pero en absoluto menos meritoria desde el punto de vista creativo. Si antes estaban Jack Kirby, Stan Lee, Ditko, Neal Adams y tantos otras deidades del cómic, la nueva generación no prometía menos con la irrupción Miller, Moore, Sienkiewicz, Wolfman y otros, que venían a deconstruir los cimientos del panteón de un género de enorme éxito.

Al igual que, décadas antes, un género mítico como el western había dado en el cine un giro hacia tonos más crepusculares, el cómic con más motivos míticos y legendarios por antonomasia, el de super-héroes, también hizo lo propio. De forma similar a como los westerns totalmente clásicos fueron sucedidos por otros más desmitificadores y revisionistas, la hornada de nuevos talentos ( encabezada por Miller y Moore ) vinieron a ofrecer su equivalente en el mundo de los héroes con mallas. Curiosamente, uno de los temas más recurrentes del western crepuscular fue el que inauguró brillantemente esta nueva singladura en el cómic. Me refiero al tema de la vejez en un sentido amplio. Este es un tema muy presente en el western crepuscular que alumbró magníficas películas como por ejemplo "Duelo en la Alta sierra" de Sam Peckimpah. Y es que el tema de la vejez, en el sentido de agotamiento, de caducidad, de ocaso, no sólo de las personas y personajes si no del sistema entero, de sus valores, de sus métodos, de las formas narrativas, etc, es el que impulsa ese nuevo renacer. Es esa eterna sucesión entre lo viejo y lo nuevo, en la que uno necesita y requiere del otro, en el que uno se erige sobre los restos y las cenizas del otro, para trascender e ir más allá en busca de lo original.

En "Batman: el regreso del caballero oscuro" Miller nos propone, siguiendo ese patrón, asistir a la última aventura de un envejecido y ya retirado Batman, como de forma similar haría años después Clint Eastwood en su "Sin Perdón".

En un futuro indeterminado, un sexagenario Bruce Wayne, que sustituye la adrenalina de la lucha por el crimen por la de las carreras de bólidos al límite del suicidio, comienza a tomar conciencia de que la presencia de Batman es más necesaria que nunca. La violencia sigue azotando las calles, sobretodo desde que un numeroso grupo de jóvenes, conocidos como los "mutantes", campan a sus anchas por Gotham, causando el terror y cometiendo impunemente un sinfín de crímenes a cual más atroz. Para más inri el comisario Gordon se encuentra al borde la jubilación y su sucesora, la capitana Yindel, no valora tan positívamente como él ni sus métodos ni la aportación de Batman en la lucha con el crimen. Los justicieros son cosa del pasado. Únicamente Superman se mantiene en activo pero de una manera prácticamente "invisible" y siempre a expensas de los deseos del gobierno. Un gobierno que debiera ser el imperio de la ley pero que es más bien la pura imagen de la corrupción y la degeneración.

En este contexto tan decadente es en el que el Caballero Oscuro decide reaparecer tan fuerte como sus doloridos huesos se lo permitan. Su reaparición conllevará necesariamente también el regreso de sus antítesis, el Joker y Dos Caras, para desgracia de decenas de ciudadanos. Pero en sus nuevas aventuras Batman no estará sólo. Para la ocasión contará con la ayuda de un nuevo Robin, una hábil jovencita llamada Carrie Kelley. Y la necesitará, ya que Batman no sólo tendrá que enfrentarse a los "mutantes", al Joker y Dos Caras, a la policía que lo considera un símbolo anárquico que debe ser frenado, ...si no también a su viejo amigo Clark Kent, Superman.

Con este cóctel tan fuerte de ingredientes, Miller corría el grave peligro de conseguir una narración ambiciosa pero terriblemente deslavazada, incapaz de encontrar la suficiente fluidez narrativa para conjugar tantos y tantos elementos con acierto. Eso probablemente hubiera sucedido con otro, pero no con Miller. Al igual que el Caballero Oscuro, éste se creció ante la adversidad y acabó regalando a los lectores una de las narraciones corales más complejas e inquietantes del medio.

Miller recurre magistralmente en Dark Knight a los textos de apoyo para dar voz a los pensamientos de todos y cada uno de los personajes de la historia, de forma que es sobre estas voces en "off" sobre las que se erige principalmente la narración. Una narración con un tempo logradísimo, que nos retrotrae al cine negro, a Hammett, a Chandler, y a toda una tradición de artistas que hicieron del juego de luces y sombras el estilo de una realidad. Además, para no desorientar al lector, cada texto tiene un color que lo identifica con el personaje del cual es voz, por ejemplo el verde del Joker o el azul de Superman. Un recurso inteligente, además de gráfico y exclusivo del medio, para una historia donde nada sobra, donde cada perspectiva es necesaria y absorvente. Y es que Miller consigue dotar a cada personaje de una voz propia, consiguiendo uno de los mayores logros a que puede aspirar un guionista: diluirse tanto en cada una de sus creaciones que no quede ni atisbo de él, si no tan sólo el grupo de personalidades perfectamente caracterizadas a las que ha dado voz. Pero no tan solo eso si no que además construye un sin fin de jugosas e inolvidables escenas y situaciones que vienen rubricadas con unos textos realmente magistrales.

En cuanto al aspecto gráfico, independientemente de que el estilo de Miller pueda gustar más o menos, hay que reconocer que a esta historia le viene como anillo al dedo. Es un estilo brusco pero tremendamente vigoroso, que junto a la brillantez de lo escrito, construye un omnipresente climax que impide que el lector pueda escapar ni un momento a la pesadilla que se ha tejido con esmero para él .

El Batman de este regreso es, pese a su vejez, más grandioso y monumental que nunca. Al lado de una pequeña Robin parece un Titan venido directamente del Averno.Y es que, desde el primer momento, Miller renuncia al realismo visual en favor de un expresionismo narrativo donde lo que se busca es el impacto visual en cada viñeta. Y vaya si lo consigue. Sus figuras desprenden vehemencia por todos los lados.

También destaca su habilidad narrativa en la composición de página. Miller distribuye las viñetas de manera variada pero siempre óptima para la narración, intercalando páginas atiborradas de pequeñas ventanas con otras donde apenas hay unas pocas o directamente una que ocupa toda la página. El resultado es una agilidad visual maravillosa que contribuye a la perfección a sostener el ritmo del guión. Su atrevimiento narrativo es tal que intercala de manera asombrosa, y a un ritmo vertiginoso, escenas con diferentes personajes. Lejos de perder el climax con tanto salto y cambio , Miller consigue que unas escenas refuercen cabalmente a las otras en una concatenación ininterrumpida en vistas a una macro-visión general superior.

Destacables son otras aportaciones, como el entintado de Klaus Janson, que respeta y embellece a la perfección el vigoroso dibujo de Miller, y el esmerado tratamiento del color de la premiada Lynn Varley.

Resumiendo, que el apartado gráfico de este Dark Knight Returns lo es todo menos convencional. Puede que haya lectores más cercanos al dibujo tradicional de tinte realista que hubieran preferido otro tipo de ilustrador, pero pienso que una obra de vanguardia como ésta merecía todo menos algo convencional. Pienso que Miller, en ese sentido, siempre se ha mostrado bastante acertado. Ahí están sus obras junto a Sienkiewicz o Mazzuchelli para corroborarlo. La verdad es que se me hace la boca agua imaginando que hubieran hecho Dave Mc Kean ( "Arkham Asylum") o el mismo Sienkiewicz con este sórdido guión.

Aún con todo, y le pese a quién le pese, Miller nos regala algunas de las imágenes más memorables y duraderas del hombre murciélago, como las de su enfrentamiento con Superman o su liderazgo, a lomos de un caballo, de su grupo de encendidos seguidores. Son imágenes con mucha fuerza. De esas que siempre quedan en la memoria del lector, pese al paso de los años.

Cambiando de tercio. Mucho se ha hablado de la lectura política que se puede hacer de esta obra, que la tiene. Está claro que los años ochenta fueron unos años importantes dentro de la llamada Guerra Fría, que de manera velada, ideológica, tecnológica, económica y social, enfrentaba a las dos mayores potencias del mundo. Era la época de Reagan y su proyecto Guerra de las Galaxias, de Gorbachov y la Perestroika, etc. Autores jovenes como Miller, que no permanecían en una burbuja de espaldas a la realidad, trasladaron sus inquietudes políticas, yo casi diría que filosóficas, a los cómics, planteando una serie de cuestiones hasta la fecha poco transitadas en el maniqueo mundo de los héroes con mallas. Así no ha de sorprendernos en este cómic la esperpéntica aparición del presidente de los Estados Unidos (parodia descarada de Reagan), la amenaza nuclear soviética, y otros tantos elementos normalmente ajenos a este tipo de historias. En Elecktra Assassin, Miller volverá a hacerlo, al entender que el cómic no debe permanecer de espaldas a la historia, como si se encontrara en una paradisíaca isla, aislada de todo.

A partir de aquí la lectura que uno pueda hacer de la postura personal de Miller es personal e intransferible. También pienso que es lo menos interesante, ya que lo que importa es el retrato que Miller hace de diferentes posturas ante una misma situación, ejemplificadas a la perfección en los dos héroes por antonomasia de DC Cómics: Batman y Superman. Su enfrentamiento no sólo es físico si no ideológico. Ambos representan dos formas muy diferentes de enfrentarse a la villanía y el mal. Es el enfrentamiento entre dos seres que debieran estar en el mismo bando pero al que sus métodos llevan a enfrentarse. Uno representa la luz, el otro las tinieblas. Uno es el mártir inhumanamente misericordioso, como sólo un Dios indestructible puede serlo, el otro tan sólo un hombre, ansioso de una justicia muy humana, que incluye el castigo inmediato y rehuye el perdon. Y aunque se note claramente la predilección de Miller por personajes tortuosos como Batman y Daredevil, que tontean con planteamientos políticamente incómodos o directamente reaccionarios, tampoco deja de reconocer algunas virtudes y aportaciones de Superman; también defectos ( su suma docilidad con el gobierno).

El enfrentamiento entre ambos en mayúsculo. El mejor que recuerdo entre dos super-héroes. Y su final tampoco tiene desperdicio. ¿Cómo se resolverá el enfrentamiento definitivo entre estos dos campeones, también amigos? Ya tardáis los que no lo hayáis leído.

Batman es más que nunca en Dark Knight Return ese lado oscuro de la lucha contra el mal, que a pocos les gusta reconocer y mirar de frente, sobretodo a los bien pensantes, pero que en el fondo se sabe más necesario y propio de lo que gustaría. Batman representa ese lado más oscuro, indómito y primario de nuestra consciencia, que a muchos les aterra liberar o tan siquiera respetar.

Al empezar el cómic, a modo de atmosférico prólogo, aparece un artículo periodístico firmado por Jimmy Olsen, que habla del papel de los héroes, de su recuerdo, y que definirá todo el tono del cómic. Entre otras cosas en él se dice: " Hablan sobre el Hombre de Acero. Sobre la Princesa Amazona. Pero nunca hablan del malo. Del cruel. El que no podía volar ni doblar acero con sus manos. El que asustaba a todos y se reía de todos nosotros por ser unos cobardes envidiosos. No, nunca hablan de él...ni uno de ellos quiere oír hablar de Batman".

También destaca en este cómic la utilización y continua referencia de Miller a la televisión, a la que dicho sea de paso no deja muy bien. Las continuas apariciones de informativos, que se reconocen por su diseño de viñeta a lo pantalla de televisión ochentera, contribuyen enormemente al clímax de caos y desconcierto que preside todo el cómic. Los noticiarios son retratados como una frívolo y desquiciado medio de generar opinión con desconocimiento, en aras del espectáculo y las audiencias, más que de la razón. Su ritmo y aparición es frenético, continuo, alienante.

Son fantásticas, por ejemplo, las apariciones de ridículos "entendidos" o de psiquiatras que se creen con la llave para curar psicopatias como la del Joker o Dos Caras, y que son continuamente burlados por éstos.

A los amantes de las referencias les encantará también ver a Lois Lane, como directora del Daily Planet, haciendo una firme defensa de Batman o a Selina como madame de un negocio de prostitución, pero sobretodo la reaparición de un providencial y otoñal Green Arrow. Y hablando de referencias, me ha hecho mucha gracia ver el casi imperceptible guiño a otro de los grandes del cómic, Alan Moore, al colocar en una viñeta a un joven vestido de Miracle Man.

Vamos, que Miller no deja títere con cabeza en esta crepuscular historia que nadie debiera perderse y que, con total merecimiento, es ampliamente reconocida como una de las joyas indiscutibles del noveno arte.

Escrita hace 11 años · 5 puntos con 3 votos · @Hamlet le ha puesto un 9 ·

Comentarios

@lucero hace 11 años

Juro solemnemente no hacer ni comentar reseñas sobre comics, mientras el maestro Hamlet more en esta página...lo que le dicen dominio del género. Magnífica y detallada reseña.

@Hamlet hace 11 años

Muchísimas gracias, Lucero. De verás que no merezco tanto halago, aunque agradezco mucho el ánimo que me has dado. Me estaba embrollando y alargando tanto con esta reseña que al final decidí cortar y darle carpetazo. jeje Tenía miedo de que me hubiera quedado demasiado pesada. Y es que de este Batman se puede decir tanto que uno no sabe cuando cortar. Lo he releído después de un montón de tiempo y no veas lo que me ha gustado. Uno de esos cómics que nunca pasan de moda. De esos que ya no sólo se deben leer por su valor "histórico", de inflexión en el género, si no sencillamente porque es magistral, endiabladamente fascinante. Toda una delicia.
Por cierto, ni se te ocurra dejar alguna reseña sobre comics en tu tintero!!! que yo también gusto de leer las tuyas sobre libros y espero que cuando leas algún cómic que te guste le dediques también una.

Un saludo, amigo. Y gracias de nuevo.

@Hamlet hace 11 años

Corrijo: amiga.
*Esto de los nicks desorienta un montón hasta que una lectura atenta descubre si se es hombre o mujer. jeje Pero bueno, seguro que seguiré metiendo la pata ( en tu caso ya no, Lucero), a no ser que a Angelillo le de por introducir en nuestras fichas el género jaja

@Poverello hace 11 años

Bravísimo, Hamlet. ¡Qué de cosas se me viene a la cabeza tras leer tu reseña! Primero no puedo pasar por alto tu magnífica referencia al western crepuscular y a esa injustamente desconocida 'Duelo en la Alta Sierra', no sé por qué menos laureada que 'Grupo salvaje'.
El resto lo comparto al ciento por ciento y cómo auna estilos confiriéndoles una estructura propia en viñetas, bocadillos..., aunque no tan vanguardistas como sucede en 'The Sandman'. Sin embargo he de reconocer que me gusta tan sólo un pelín más 'Batman: año uno'. Y sé por qué es: no me acaba nunca de convencer el dibujo de Miller, y creo que esta obra hubiera sido de sobresaliente con otro dibujante (como Mazzuchelli, mismamente). Tienes razón en lo que hablas sobre su... vigorosidad, pero yo la percibo a veces como tosquedad y falta de dominio de la anatomía humana con sus exagerados cuerpos.
Y bueno, los filmes de Batman de Nolan, su atmósfera y concepción del personaje ni existirían sin Miller. Digamos que Stan Lee y Kirby es Tim Burton lo que Frank Miller es a Christopher Nolan.

Gozosa reseña, Hamlet.

@Hamlet hace 11 años

¡Saludos, Poverello!

Tienes razón. "Duelo en la Alta Sierra" es bastante más desconocida que su hermana "Grupo Salvaje", siendo también un peliculón con todas las letras. Aún así fue premiada por encima de "Fellini ocho y medio" en el Festival de Cine de Bélgica y está incluida entre National Film Registry de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Pero y ¿ qué me dices de "Pat Garret and Billy the Kid", la que el propio Peckimpah reconocía como su obra maestra antes de que le alteraran el montaje y él mismo pidiera su eliminación de los créditos? Otra obra maestra desconocida por muchos pero obra de culto para unos cuantos, entre ellos yo. Hoy día por fortuna se puede disfrutar del montaje tal y como el director californiano lo quiso, y encima remasterizada. Una de esas gozadas que permiten las tecnologías de hoy día.

En cuanto al dibujo de Miller insinuó algo parecido en la reseña cuando mencionó a Mc Kean, Sienkiewicz y Mazzuchelli. Está claro que el dibujo siempre es lo que he valorado peor de esta obra maestra. No obstante, pese a las deficiencias del dibujo de Miller, que tu muy bien apuntas, está claro que sus imágenes son tremendamente impactantes y expresivas. Cada dibujante tiene sus virtudes y carencias. Puede que los haya más realistas y con un mayor dominio de las anatomías que Miller, pero muchos de ellos son fríos, inexpresivos y con una secuenciación narrativa más pobre que la del autor de "Dark Knight Return's". Te recuerdo a tu "querido" Dave Gibbons. jeje Miller es tosco pero su narrativa, uno diría que cinematográfica porque tiene uno la sensación de fluidez y movimiento total, es brutal. Vamos, que no siendo santo de mi devoción en lo gráfico hay que reconocer también sus muchos méritos. Si te ojeas "Elektra Lives Again" podrás ver la que para mí es su cima gráfica, aunque para la ocasión se vea debilitado en el guión.

Hasta el otro día que lo leí yo siempre había preferido, también, el Año Uno pero después de leerlo ya tengo mis dudas. ¡ Es que el guión es para postrarse! No sé, igual cuando vuelva a releer Año Uno vuelve a ese lugar un pelín por encima. jeje O no. jeje

En breve me lanzaré con otro Batman de culto pero más polémico como es el Batman The Cult, con Jim Starlin al guión. A ver que tal.

Y comparto contigo la admiración con "Sandman", otra obra revolucionaria, aunque bastante posterior.

Un saludo amigo. Un placer saberse siempre leído por ti. Y si es con comentarios como el que has hecho, que dan para una agradable charla mejor. jajaja... El cine menuda perdición jaja Al final habrá que inaugurar una sección jejeje

@Poverello hace 11 años

Lo de Gibbons lo has clavado, ja ja. Es bastante peor que Miller, ja ja. Y 'The Sandman' es sólo tres años más joven, si no recuerdo mal.

La peli de Pat Garret me la apunto, porque sólo vi la versión masacrada hace años. La buscaré como oro en paño.

@Tharl hace 11 años

Magnífica reseña Hamlet! Me ha encantado, con reseñas así a uno no le importa que se alarguen todo lo que quieran.

No puedo decir más porque no he leido el comic, aunque ahora tenga más ganas que nunca de hacerlo.

Un abrazo!

@Hamlet hace 11 años

Poverello, tienes razón, "Sandman" se publicó, por primera vez, unos tres años después de "Batman: Dark Knights Return", concretamente en Enero del 89. No sé por qué pensaba que era del 91 ( puede que fuera cuando llegó a España ). ¡Menudos años de explosión de creatividad y cambio!

Tharl, muchas gracias por tus elogios. Me alegro que te haya gustado y, más aún, que te haya despertado ganas de leer este estupendo cómic.

Un abrazo a ambos!!!

@Tharl hace 9 años

Acabo de releer tu reseña, Hamlet, y es como para no repetir los elogios. Esta cima del noveno arte no merecía menos.

Creo que Miller es el autor que mejor conoce a Batman, que más se ha sabido fundir con él y que ha sabido ofrecer la mejor mirada sobre el murciélago. Y de paso la más atrevida, incómoda y molesta. Toca los puntos más fascinantes de la figura del (super)héroe en general y del superhéroe de Gotham en particular. A saber: a) su esencia humana y aun así podríamos decir de superhéroe Nietzschiano capaz de desafiar al Dios Superman. No creo casual que Miller y Nietzsche compartieran su fascinación por el hoplita. B) La voluntad de justiciero tan cercana al fascismo (limpiar las calles, el empleo del terror, la criminalidad como un organismo putrefacto que hay que extirpar, etc.). Y relacionado con ello c) la decisión de dudosa utilidad y aún más dudosa credibilidad más allá de las exigencias editoriales de no matar de Batman y el subsiguiente remordimiento y el peso de la responsabilidad. d) la relación y en cierto modo impulso hacia la muerte de Batman, que sueña con una buena muerte (inalcanzable pues está condenado a vivir para el próximo número) que dé sentido a su aventura y le sirva de redención, e) La relación de Batman con los supervillanos en la que no hay uno sin el otro. Lo que podría cuestionar la utilidad de los superhéroes. f) La relación perversa de Batman con sus jóvenes ayudantes. Y seguro que me dejo algo. Es increíble cómo en este cómic Miller ofrece una mirada tan completa, novedosa y fascinante de Batman. No me extraña que le Batman de Nolan se inspirara en él. Aunque, eso sí, mucho más light.

Y aun así a Miller le sobra tiempo y talento para hablar de política y criticar la guerra fría, de los mass media, del miedo de los mediocres a los Grandes Hombres (léase superhéroes), para despotricar contra el Comic Code Authority y el daño que causó, para despacharse a gusto con un psiquiatra más que probable alterego de Fredric Wertham (autor de La seducción de la inocencia) y de paso con la mentalidad progre más estúpida, hablar sobre la vejez, llevar el cómic de superhéroes a su crespúsculo, complementar las ideas de Moore en Watchmen sobre el fin y la prohibición de los superhéroes, etc.
Todo el Batman moderno nace de este cómic, y no debió ser un parto fácil. Y no solo Batman. A falta de leer el Superman de Moore, también encuentro una de las miradas más interesantes sobre Superman que he leído.
De los excelentes momentos como el regreso de Batman, el momento de Batman a caballo y de su enfrentamiento con Superman o los finales de El Joker y el propio Batman no hablo porque son cosas que hay que leer sin spoilers y alucinar con la inmensa fuerza que poseen.
¿Poseerían la misma fuerza con otro dibujo? Aquí estoy de acuerdo con vuestra interesante discusión sobre el dibujo de Miller. Personalmente creo que en este caso la expresividad de los cuerpos compensa las faltas anatómicas. En El contrataque del caballero, que acabo de terminar, no. Allí hay viñetas realmente ridículas y el guión tampoco es tan, tan bueno como para que merezca la pena. Eso sí, el ritmo y la composición sigue siendo igual de fluido. No debe ser nada fácil combinar tanto texto y tanto caos mediático con un ritmo tan acelerado. Aunque, tal vez, como le pasa a Cristopher Nolan en todas sus películas, Miller debería aprender a dar un descanso, a reposar la acción, tal vez en momentos más personales, para que el lector pueda asimilar mejor y empatizar más con los personajes.

Creo que no tengo que decir que me gusta más El regreso del caballero oscuro que Año uno, jeje. Año uno fue el primer cómic de superhéroes que leí, y de los primeros comics en general. A ver qué redescubro cuando lo lea de nuevo en el futuro.

Los 80’, y en general 1986, fue un gran año para los superhéroes. Moore, Miller, Gaiman (aún tengo que leerle)… Cada vez que leo alguna historia del gran artesano John Byrne o que pienso en su trabajado y lleno de encanto reboot de Superman, no puedo evitar pensar en la mala suerte que tuvo este hombre con sus compañeros de generación.

Tampoco puedo evitar meterme también a hablar de Peckimpah, que por algo es uno de mis directores favoritos y un maestro del género que más me gusta. La obra de Peckimpah es en general una obra a reivindicar más allá de Grupo Salvaje y Perros de paja (dos obras maestras como un pino). Duelo en la alta sierra es excelente, aunque prefiero otros westerns del director. Grupo salvaje es mi favorita, la más vigorosa, y tiene uno de los mejores finales del género, para algunos el mejor. Y sin embargo, se nota que Pat Garret and Billy the Kid es una película de mucha mayor madurez, mucho más depurada. Y con una secuencia de inicio maravillosa, la mejor del director (y mira que me gusta la de Grupo Salvaje) ¡¿A qué loco se le ocurrió suprimirlo en el montaje final?! Es cuestión de gustos y de momento yo me quedo con la enorme fuerza y ruptura de Grupo Salvaje.

Volviendo a El regreso del caballero oscuro, yo también lo pienso: Habemus Papam.

@salakov hace 9 años

Evidentemente, "El regreso del caballero oscuro" es muy superior a "Año uno".
No obstante, yo creo que el autor que mejor ha entendido a Batman y al Joker es —¡cómo no!— el Sr. Alan Moore con "La broma asesina". En mi opinión, el chiste final sintetiza de manera magistral la esencia misma de Batman y el Joker, dos locos persiguiéndose por los tejados...

@Hamlet hace 9 años

Me alegro que haya sido un cómic de tu gusto, Tharl. La verdad es que a mi ya me cuesta decidirme entre éste, "Año Uno", "La broma asesina" y "Arkham Asylum" ...pero como se puede disfrutar de todos ellos sin tener que elegir pues problema resuelto jeje
Comparto con Salakov que el final de " la broma asesina" es magistral, un perfecto e interesante apunte más de la compleja relación de Batman y el Joker.

Y, Tharl, menudos peliculones de Peckimpah citas!!! Me vuelve a pasar lo mismo que con este grupo de "Batmans" que citais, me cuesta elegir y dependiente de la etapa me pronuncio por uno u otro...no obstante, "Pat Garret and Billy The Kid" siempre ha sido una de mis debilidades...y es que la música de Dylan suma puntos para hacerla inolvidable. No es extraño que de vez en cuando me de por tararearla jeje

@Tharl hace 9 años

No me malinterpretéis. No quise decir que Dark Knight Returns fuera mejor o peor que La broma asesina. No podría decir entre ambos. Por suerte no hay que hacerlo, ni si quiera en una web construida sobre la cuantificación y ordenación de la experiencia.
Pero sí me reafirmo en que la mirada a Batman de Miller no ha sido superada. Me encanta como Moore redefine al Joker y su relación con el murciélago –auténtico protagonista del cómic por encima de Batman-, adoro el final –puede que el mejor final que haya leído en cómic-, pero su visión de Batman no lo abarca, ni pretende hacerlo por longitud y ambición, toda su idiosincrasia. La vuelta de tuerca sobre Batman de Moore se podría aplicar con facilidad a muchos otros superhéroes. Con Miller es distinto. Miller se propuso redefinir y reconstruir a su alterego del cómic. Y lo consiguió.

Saludos!

@Tharl hace 9 años

Por cierto, Hamlet, estoy deseando que leas El contraataque del Caballero... para poder leer tu reseña :D

@Hamlet hace 9 años

La verdad es que nunca me he hecho con él porque al contrario que éste, y pese a ser de Frank Miller, tiene muy mala crítica entre los aficionados y los entendidos. No obstante veo que en SopadeLibros no ha cosechado una despreciable puntuación si no al contrario. Incluso he visto que tu le pones un 6 o sea que será cuestión de tenerlo en cuenta. Lo que pasa es que todo lo que leo son cosas que he adquirido y tengo en casa y me da un poco de reparo gastarme el dinero en este cómic. No sé, será cuestión de empezar a frecuentar la biblioteca pública para las propuestas más arriesgadas, o simplemente de aquellas de las que no estoy convencido de su adquisión para mi colección.

Un saludo, amigo!!

@Poverello hace 9 años

Leyendo vuestros comentarios (interesantísimos, por otro lado) me viene a la memoria el dicho aquél de que a toro pasado todos somos más valientes que la puñeta.
Me intento explicar, porque tal vez, las dos cosas que me surgen mucho tengan que ver con un salto generacional.
La novela gráfica de superhéroes tal y como solemos entenderla salvando otras diatribas llegó a España a principios (o mediados, según) de los años 90 con Miller, Moore, Morrison, Gaiman... Un servidor tenía ya más de 20 años.
Es decir, que crecí feliz como una perdiz con el Spiderman de Lee y ditko, con el superman y la Patrulla-X (habrése visto eso de las X-Men) de Byrne, La Masa (de Hulk ni se oía hablar) de Sal Buscema y Wein, el Conan de Thomas y el hermano bueno del anterior John Buscema o el Batman de O'Neill y Adams. Puedo aseguraros que nadie tenía la más mínima impresión de que alguien tuviese que entender a ninguno de ellos. Ni Moore ni Miller han entendido nada, según mi humilde opinión, sino que lo reinventaron, como sí que apunta Tharl en su último comentario, del mismo modo que sucedió con La cosa del Pantano en el caso de Moore o Daredevil con Nocenti (aunque luego fuera Miller quien lo cargara de enjundia). Con ello no quiero decir nada malo, pues también considero a Moore, Miller, Morrison... los mejores guionistas de novela gráfica, pero eso no desmerece el trabajo de los anteriores, porque simplemente eran etapas y generaciones. Por mi parte, en la actualidad, puedo disfrutar lo mismo con Moore que con el Conan de Smith o Buscema.
Y esto me lleva al punto dos acerca de la evidencia o no de que esta obra de la que hablamos sea mejor que Año Uno, La Broma Asesina o Arkham Asylum. Y en este influye, creo, como en todo el concepto de obra que tenemos. En este caso novela gráfica. Yo, hijo de los cómic, pues del mismo modo que en una novela no espero dibujitos ni en un tebeo al uso un guión a una altura literaria, en una novela gráfica sí que espero y exijo ambas cosas para no sentir en parte que me toman el pelo. Por eso puedo poner sin reparos la misma nota a Rip Kirby, Conan y Bélit, Watchmen o Meridiano de sangre, porque son cosas distintas y espero lo que espero de cada una de ellas. Resumiendo y como ya he comentado en la propia reseña: Miller a veces me parece un absoluto patán dibujando (que me perdonen sus fans), pero sus historias son exquisitas, y Mazzuchelli es un absoluto genio a los lápices. Total, que Año Uno y El regreso a la misma altuira casi, pero por un pelo de hámster me quedo con el primero e incluso con la Broma Asesina si me apuráis.
A ver, que se puede esperar de un cuarentón que no podía ni comprarse los tebeos de tapa dura de Astérix y Obélix que eran para los niños bien.

Abrazotes a todos.

@salakov hace 9 años

Un servidor tenía 14 años en 1990, que fue una época dorada del cómic. Porque además de descubrir todas las obras maestras de los 80 (lo mejor de Moore, Gaiman, Miller,... es de esta época), coincidió con una época de grafismos espectaculares (el Spiderman de McFarlane, la Patrulla-X de Jim Lee, etc).

De todas formas, Poverello, con lo de Miller y Mazzuchelli lo has clavado (aunque Miller no me parece tan patán, que ahí están sus "Sin City"). Pero gracias a Dios, existe el "Born Again" de Daredevil donde cada uno hace lo que mejor sabe, y esa sí que es una obra maestra incontestable.

@Poverello hace 9 años

Lo de llamar patán a Miller es una hipérbole contextual, si es que eso existe. En medio de maestros el aprendiz queda como un zafio, digamos.
No puedo hablar con excesiva propiedad -porque no las he leído ni tengo demasiadas ganas porque a nivel de guión dicen que flaquean soberanamente, aunque conozco bastante bien las planchas- de dos obras de Miller en las que su estilo de dibujo es otra cosa: Sin City, que es la que nombras, y Elektra live again. Sobre todo la primea es el paradigma de un 'mal' dibujante con una técnica descomunal, y es que las viñetas en blanco y negro ocultan sobremanera el trazo grueso y tosco de Miller, que es un exquisito creador de contraluces y sombreado. Pasa mucho en este mundillo de los cómic e incluso de la pintura y lo que uno debiera de hacer es resaltar las virtudes y ocultar sus defectos.

Lo mismo es que este hombre, como suelen comentar de los varones, es incapaz de hacer bien dos cosas a la vez: dibujar y guionizar. Vete tu a saber.

Dicho esto, "Daredevil: Born Again" es el mejor cómic de superhéroes que he leído en mi vida, vaya, y tal vez esté entre los cinco mejores que he leído en mi vida.

@Poverello hace 9 años

Lo de llamar patán a Miller es una hipérbole contextual, si es que eso existe. En medio de maestros el aprendiz queda como un zafio, digamos.
No puedo hablar con excesiva propiedad -porque no las he leído ni tengo demasiadas ganas porque a nivel de guión dicen que flaquean soberanamente, aunque conozco bastante bien las planchas- de dos obras de Miller en las que su estilo de dibujo es otra cosa: Sin City, que es la que nombras, y Elektra live again. Sobre todo la primea es el paradigma de un 'mal' dibujante con una técnica descomunal, y es que las viñetas en blanco y negro ocultan sobremanera el trazo grueso y tosco de Miller, que es un exquisito creador de contraluces y sombreado. Pasa mucho en este mundillo de los cómic e incluso de la pintura y lo que uno debiera de hacer es resaltar las virtudes y ocultar sus defectos.

Lo mismo es que este hombre, como suelen comentar de los varones, es incapaz de hacer bien dos cosas a la vez: dibujar y guionizar. Vete tu a saber.

Dicho esto, "Daredevil: Born Again" es el mejor cómic de superhéroes que he leído en mi vida, vaya, y tal vez esté entre los cinco mejores que he leído en mi vida.

@salakov hace 9 años

Amén. Sin duda alguna, el "Born Again" es el mejor cómic de superhéroes que he leído en mi vida. O bueno, umh, de la mano del "Miracleman" de Alan Moore...

@salakov hace 9 años

Pues apuntados quedan Born Again y Miracleman, ¡gracias por las recomendaciones!