MI PADRE SANGRA HISTORIA por FAUSTO

Portada de MAUS

No soy un asiduo lector de comic (tebeos o historietas) como lo fui en mi época infantil y juvenil; no obstante, no creo que me equivoque al afirmar que “Maus” es uno de los cómics más peculiares que se han dibujado jamás. Aseveración que demuestra la impresión que me ha producido, tanto por su trama (principalmente) y sus ilustraciones; y, por otro lado, se ve corroborado al “provocar” el 1º premio Pulitzer en este género, inaugurando una nueva categoría del galardón norteamericano.

Original en varios sentidos y formatos. Hay un par de elementos singulares que están “inspirados” en recursos literarios. La primera sería dar apariencia zoomórfica a los personajes, y no con el propósito moralizante de las fábulas, los cuentos infantiles o los numerosos comics protagonizados por animales, sino con la intención crítica, simbólica y diferenciadora que empleó Orwell en “Rebelión en la granja”. Una representación de razas (metáfora de la enfermiza ideología fascista): judíos como ratones, nazis como gatos y las diversas nacionalidades en otros animales.
La segunda es crear género dentro del mismo género: cómic dentro del cómic, algo similar a las muñecas matrioskas. Al igual que ideó Shakespeare en “Hamlet”, donde en la obra de teatro se organiza una función teatral. Es un modo estilístico o quizá un artificio, una vuelta de tuerca, que siempre me ha resultado atrayente y un componente atractivo, independientemente de la naturaleza creativa.
Por supuesto, estas dos suposiciones son conjeturas caprichosas sin ningún fundamento, sólo es una intuición o fiebre “libraría” que, por motivos cualesquiera, me ha recordado las dos obras literarias.

Las otras originalidades, libres del subjetivismo, son más palpables. La primordial es el cariz biográfico que imprime a la historia con las experiencias del padre de Art. La vida de Vladek está narrada en 2 contextos históricos diferentes: la subsistencia y las penurias en el nazismo y el holocausto; y, compaginando con esta etapa, las vivencias de sus últimos años, mientras relata sus memorias.
El asunto primordial, pero no el único, de la novela gráfica son los recuerdos y vicisitudes de un judío rico en la Polonia del ascenso nacionalsocialista y la posterior guerra mundial. Primero, con un tono íntimo, se cuenta las relaciones afectivas y familiares de una clase alta establecidas en una localidad polaca a mediados de los años 30. Más tarde, y con el ascenso al poder nazi, esta existencia particular se convierte en el paradigma de la resistencia del pueblo hebreo (sobre todo los pudientes e influyentes) ante la barbarie antisemítica del ejército alemán y la histeria provocada en los habitantes de las naciones sometidas. Quedan reflejadas las miserias que tuvieron que padecer: los problemas de relación y soborno con los polacos (cerdos) para conseguir refugio, protección y comida; la actitud para avivar el instinto de supervivencia, ingenio y esperanza, sin los cuales no hay salvación, y contando con el apoyo inestimable de la suerte, concepto del cual se hace un especial énfasis; las sensaciones de amistad, parentesco, seguridad y bienestar van cambiando de valor frente a los sucesos y la inevitable desconfianza por todas las personas, conocidas o no, predominando el fuerte impulso del provecho propio; el sufrimiento, las injusticias y el horror de una raza exterminada en campos de concentración como Auschwitz. A todo este respecto, son destacables las numerosas “estampas didácticas”: mapas, croquis de refugios o el proceso de los trabajos.

Reforzando la biografía descrita, como no puede ser de otro modo, se vincula con la autobiografía del dibujante conteniendo varios apuntes psicológicos. Desmenuza la particular y difícil relación paterno-filial, el suicidio de la madre, la familia y la pareja. Sale a relucir cuestiones de culpabilidad, dudas sobre el mérito de su obra, o la depresión y la necesidad de comprenderse a sí mismo y a su padre.
Spielgman es cristalino, expone sin ningún tapujo la relación familiar, pese a que los “retratos” esbozados de sí mismo y su progenitor (con innumerables clichés negativos del carácter judío) no salen especialmente bien librados.

Sobre la calidad y estilo de la ilustración (dejo claro que no soy un entendido) no son dibujos especialmente espectaculares o dignos de destacar, parecen incluso “pueriles”; pero con el transcurrir de la narración, se detecta que acompañan perfectamente al guión y no se echa de menos otro procedimiento más efectista o la introducción del color. Sus viñetas no son extremadamente sanguinarias, consiguen estremecernos por su persuasión basada en la realidad y la fuerza de sus imágenes.
Todos hemos leído (novelas, artículos, diarios, ensayos) y visto (películas, documentales, fotografías) hasta la saciedad los horrores de la 2ª G. Mundial y el consabido genocidio, y, aun así, se hace ineludible y útil la lectura de un libro como “Maus”. Cumple el objetivo de intentar comprender, reflexionar y ser testigo de esta atrocidad de la Historia.
Lectura Intimista, emotiva, dura y recomendable.

Escrita hace 12 años · 4.9 puntos con 7 votos · @FAUSTO le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@Poverello hace 12 años

Buena reseña, Fausto, aunque creo que estoy condicionado por el éxtasis (y no me refiero a la droga de diseño). Me encanta 'Maus', me parece imprescindible y un cambio en lo que significó la animación para adultos a principios de los 80.
Como bien dices, el dibujo está al servicio absoluto de la narración, el estilo naif le confiere un maravilloso contrapunto e incluso así, Spiegelman demuestra un gran sentido del ritmo gráfico y para el diseño de viñetas.

Y me callo.

@lucero hace 12 años

No te calles Poverello!! en el colegio en el que trabajo dan Maus como lectura para el 9° (3°) de secundaria. Yo aún no lo he conseguido, porque se agota en cada nueva edición! A la caja insondable.....la Whish
Excelente reseña Fausto

@Poverello hace 12 años

Pues no me callo, ea... De cómic contemporáneo el mejor que he leído con diferencia (no se me olvida 'The Sandman', 'Watchmen', etc etc...) por enfoque de historia, sensibilidad, cohesión entre viñetas y guión, juego de sombras, simbolismo... Influencia, por supuesto, tanto en otros cómics como en cine.

De los clásicos me rindo a 'El príncipe Valiente' de Foster, aunque haya entendidos que insistan en que no es un cómic al carecer de bocadillos y ser casi estampas. Me da igual.

Gran país eso, lucero, en el que proponen como lectura a Maus. Vivan nuestr@s herman@s argentin@s.

Ahora sí, me callo, je je.

@_567_ hace 12 años

En mi caso, esta estupenda “Maus” y “Persépolis” tienen gran culpa de que haya recuperado la afición por el cómic, algo que tuve aparcado durante mucho tiempo. He descubierto otras grandes novelas gráficas desde entonces, y es que, como comenté en otro sitio, pienso que la entrada del S.XXI le está sentando de maravilla a esta forma de expresión artística; desde hace un tiempo intento meter alguno en la bolsa de préstamo mensual cuando paso por mi cita con la biblioteca municipal…
Me gusta el análisis que haces, como elemento fundamental de la historia, sobre la relación entre Artie y Vladek, en ese tiempo real en que el autor sitúa la difícil convivencia paterno-filial desde el prisma del día a día en un contexto tan alejado del recuerdo del holocausto en la vieja Europa como es de la vida en los EE.UU contemporáneos. Totalmente de acuerdo en la utilidad de una obra como esta, por ejemplo ineludible para explicarle a un hijo la historia de la 2ª Guerra Mundial (curiosamente, y aunque no venga a cuento, hoy Alemania y Grecia se enfrentan en el partido del morbo futbolero en la ciudad donde empezó esta gran guerra que cambió la faz del mundo…). Decía que sería preferible que la gente más joven leyera esta obra antes de dejarse engatusar con bazofia del tipo del jodido niño del pijama de rayas para aprender historia desde un punto de vista sumamente original, la utilización de animales que comentas, y sobre todo con una rigurosidad extrema, como significa mostrar sin tapujos los defectos del pueblo judío, que también los tiene si se rasga bajo la superficie de la capa de azúcar y sal de su carácter como pueblo…
Muy buena reseña, Fausto, además me gusta mucho el título que has elegido para encabezarla.

@nikkus2008 hace 12 años

Me tengo que limitar a leerlos muchachos (y muchachas), porque soy un completo ignorante de esto llamado "novela gráfica", es más, creo que ni de cerca he visto una. Tu excelente reseña, Fausto, dan ganas de leerse algo de esto. Veré si hay algo por ahí para hojear...

@FAUSTO hace 12 años

También me considero un ignorante en la novela gráfica, y debo reconocer que mi escasa experiencia de 4 libros (“300”, “Vendetta” y “Arrugas”) han sido gratificantes y excelentes. No hay duda que “Maus” ha sido el más impresionante. Con desconfianza, al principio, sobre los dibujos se ve superado por el sobresaliente argumento, contado desde una perspectiva sencilla y realista donde incluso se resalta los defectos y vicios del “bando bueno”. Y, vuelvo a repetir, es una obra que emociona y, además, es esencial en un tema como el exterminio.
Como dice Krust (por cierto, coincidimos en la negativa en leer o ver algo como “El niño con el pijama a rayas”), intentaré recuperar el gusto por este género, ya que merece mucho la pena.

En cuanto al título, es uno de los que tomo “prestados” del texto; en concreto lo saqué del encabezamiento del primer libro, que me llamó la atención por su dramatismo. Después de la lectura me di cuenta de que se amolda a la historia: encaja perfectamente como un guante.

Un saludo para tod@s.