LA IMPORTANCIA DEL DIÁLOGO por _926_

Portada de LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO

Oscar Wilde, pese a haber escrito obras de gran calidad como “El retrato de Dorian Gray”, “El fantasma de Canterville” o los cuentos incluidos en “Una casa de granadas”, permanecerá como autor inmortal en la memoria de los lectores de cualquier época por su fantástica aportación al teatro, que con obras como “The importance of being Ernest” lo convierten sin duda en una de los mejores dramaturgos de todos los tiempos.
Esta ha sido mi primera aproximación al teatro de Oscar, y he quedado de sobra satisfecho. Durante mi lectura de “El retrato de Dorian Gray” pude comprobar su enorme maestría para el diálogo, sobre todo a través de las intervenciones de Lord Henry. Esperaba que tal maestría alcanzase, como es natural, su máxima expresión en el teatro, y no me equivocaba. Oscar, que defendía tanto en la vida como en el arte la supremacía de la forma y el estilo frente al contenido y la moral, muestra en esta obra todo su potencial. La historia, una hilarante trama de enredos familiares y amorosos, sirve de base -o de escusa- para introducir los diálogos más divertidos, satíricos e ingeniosos que jamás haya leído yo.
Decían los propios amigos de Wilde que era aún mejor conversador que escritor. Leyendo obras como esta, no supone mucho esfuerzo imaginarlo. Hay una frase suya… bueno, en realidad hay multitud de ellas que servirían muy bien para ilustrar esta cuestión, pues el tipo era una verdadera máquina de pronunciar frases ingeniosas. La frase dice así: "En todos los asuntos de importancia, es el estilo, no la sinceridad, lo verdaderamente esencial." Y esto resulta perfectamente apreciable en esta obra: los protagonistas no parecen tener un punto de vista fijo, ni opiniones verdaderamente definidas, lo que dicen lo dicen simplemente porque queda bien. Sin embargo, esto no resta credibilidad al argumento, que por otra parte, no la necesita, pues el lector asume que, por muy divertido -y también absurdo- que sea, no tiene verdadera importancia, sino que es tan solo la escusa perfecta para un maravilloso diálogo. En este aspecto, y aunque pudiera resultar una analogía bastante rebuscada, me recuerda a una de las primeras comedias de Woody Allen, titulada “La última noche de Boris Grushenko”, donde ocurre algo parecido. Las situaciones, completamente absurdas e imposibles, sirven de escusa para el lucimiento personal de Keaton y Allen.
En definitiva, una obra mayor del género teatral, muy disfrutable, que aviva aún más mis ganas de devorar las otras seis obras de Wilde, en cuanto me sea posible, pues la lista de espera es muy, muy larga. De momento tengo ahí el tochazo con su teatro completo, acechándome, en la estantería.

Escrita hace 12 años · 4.2 puntos con 6 votos · @_926_ no lo ha votado ·

Comentarios

@Poverello hace 12 años

Muy curiosa tu analogía entre Wilde y Woody Allen, Blackbird. Jamás se me habría ocurrido recurrir al escritor como lejano referente del neoyorquino, aunque una cosa bien cierta es que, la misma trascendencia que Wilde le concede a sus diálogos le sucede a Allen con sus guiones. Respecto al absurdo de sus primeros largos (de neta influencia "Grouchiana") hubiera pensado más en Beckett o incluso el recién descubierto por mí O'Brien (gracias a la exquisita reseña de Faulkneriano), de quien me estoy leyendo El tercer policía con unos diálogos y situaciones deliciosamente absurdas e hilarantes.
Mas, como no he leído esta obra de teatro de Wilde de tan sólo 136 páginas -la anoto por fin en mis listas- y cometo constantemente el error de tirar para hablar de cine como la cabra tira para el monte, hago mutis por el foro hasta que la lea mientras me fío fielmente de tus palabras.

Saludos.

Lo siento, pero necesito soltar uno de los diálogos de La última noche de Boris Grushenko o reviento:
"Así que tú eres el joven cobarde que se niega a ir a la guerra". Le espetan a Boris, interpretado por Allen.
"Uhmmm..." -se remueve molesto- "En realidad no soy tan joven".

@BriGid hace 12 años

Yo si leí esta obra de teatro de Wilde y bueno, me gustó, sí, me pareció entretenida pero no tiraría ni cohetes ni bengalas, simplemente estuvo bien y sin más.

@nikkus2008 hace 12 años

Hola Blackbird, Pove y BriGid, han mencionado a Woody Allen, de quién soy un fanático absoluto, y además quisiera comentar esta obra de Wilde, que me parece - no coincido aquí contigo querida BriGid - una maravilla. Lo que me he reído con esta ingeniosa, inteligente e hilarante obra de teatro, no se pueden dar una idea. Desde el título "The importance of being Ernest" en el que Wilde juega con la fonética (la palabra Ernest, similar en pronunciación a Honest, por lo que el título podría ser algo así como "La importancia de ser honesto", como así también "La importancia de ser Ernesto" o "La importancia de llamarse Ernesto" aludiendo a las varias mentiras del protagonista), hasta los enredos, tan delirantes y deliciosos, como sabiamente tejidos por Wilde. Obra inmortal, fina y lúcida es esta gran pieza teatral, genialmente escrita por un maestro como Oscar Wilde.
Y de Woody, que se puede decir...todas sus películas me han parecido (salvo dos o tres algo más flojas - como "Conocerás al hombre de tus sueños" y "El sueño de Cassandra" - que el resto) estupendas, mágicas, necesarias. Recuerdo un invierno hace unos cuatro o cinco años (Allen llegó a mi vida hace muy poco) en el que cada noche veía un film de él, acurrucado y con la calefacción a tope, comiendo tomates y hongos ahumados con galletas saladas y trocitos de queso y coca cola y cigarillos... ¡ah, que lindos recuerdos, cuántas noches de alegría me ha dado este hombre, y espero que por muchos años me las siga dando, a mi y a todos aquellos que disfruten de su cine!
Buena reseña amigo Blackbird (por cierto, "Blackbird singing in the dead of night, take these broken wings and learn to fly...", otra maravilla, ¿es tu nick por The Beatles?), saludos BriGid, Pove!!

@sedacala hace 12 años

Una preciosa canción del doble álbum blanco, un buen ejemplo tardío de su mejor música acústica. No sé por qué, me da pereza el teatro. Tengo esta obra en mis listas desde siempre.

@FAUSTO hace 12 años

Buena reseña. Supongo por tu avatar, Blackbird debe ser un homenaje al cuervo de Poe.
No me parece nada rebuscado tu analogía con los diálogos de Woody Allen, tienen bastante en común con la fina ironía de Wilde.
De la obra teatral de este escritor sólo he leído 2 comedias, y si bien estoy de acuerdo con el comentario de Nikkus sobre el juego de palabras y la comicidad esta obra (aunque no me pareció tan genial) quiero romper una lanza a favor de “El abanico de Lady Windermere”. Una comedía más sutil que la supera con creces, con varios simbolismos y una mayor crítica social y moral.
Todo lo que escribe Wilde siempre es interesante, incluidas sus sarcásticas frases.

@_926_ hace 12 años

Ja, ja... pues sí, @nikkus2008, es por la canción de los Beatles. Aunque bien visto, también podría ser por Poe, nunca lo había pensado... La obra me dejó maravillado; desde que leí "El fantasma de Canterville" soy adorador de Oscar Wilde. Saludos a todos.

@BriGid hace 12 años

De Woody Allen no leí su novela (¿porque apenas tiene una, no?) pero sus peliculas vi la mayoria y me atrevería a decir que me gustaron mucho más en las que él no sale de secundario, sus neurosis y su ansía insaciable de buscar a su psicoanalista me crispa los nervios jajaja. Wilde me encanta, pero amo más su lado más salvaje, terrorífico y grotesco, ("el retrato de Dorian Gray, "el fantasma de Canterville") y hasta su lado de extrema sinceridad respecto a sus frases, hasta las que les dedica a las mujeres ( a veces un tanto misóginas). En resumen, que a su lado teatral todavia no le he sacado todo el jugo que posee....

@_926_ hace 12 años

Lo mismo me pasaba a mí con su teatro, hasta que por fin me decidí a leer "La importancia de..." Lo más destacable que ha escrito Allen es "Sueños de un seductor", una obra de teatro que más tarde se llevó al cine con guión suyo y él mismo como protagonista, aunque no la dirigió. Curioso lo que dices de que te gustan más las películas en las que no sale Woody, a mí me ocurre justo al contrario, me gustan mucho más cuando está él en pantalla. De hecho, creo que es un actor muy infravalorado, quizás porque sus facetas de director y guionista lo eclipsan en este aspecto. Por Annie Hall, Manhattan y sobre todo Desmontando a Harry se mereció el Oscar al mejor actor seguro.

@Poverello hace 12 años

Lo mejor que le puede pasar a Woddy Allen es morirse sin él -algo que posiblemente hasta agradecería-, y engrosar la fabulosa lista de actores que pasaron a mejor vida sin lograrlo: Cary Grant, Montgomery Clift, Richard Burton, Edward G. Robinson... Kirk Douglas. Muchos hay y sigue habiendo. Los Óscar -como los Nobel, los Goya, los Planeta... vamos, no se si algunos premios se salvan- son una exhibición de autobombo para determinadas instituciones. Con ello no digo que Allen se mereciera el Óscar como actor, ni mucho menos, ni más que Kirk Douglas o ¡Chaplin! (que tampoco lo tuvo), si no que me importa bien poco, ya que como director ha sido nominado en variopintas ocasiones (muy merecido según mi criterio) y lleva en blanco en esta faceta desde 1977. Como guionista, y a raíz de los comentarios sobre la excelencia e importancia de los diálogos en Wilde, sí ha recibido varios (creo que el último justo el año pasado por Midnight in Paris). Por cierto, no se me puede olvidar, que con sus más y sus menos, disfruto cantidad con el gran Woody, aunque nunca compartiré su absurda decisión de tener que rodar por coj... una película al año.
Por otro lado, Allen, sea o no físicamente, siempre aparece de forma descarada en sus comedias, con un personaje tan creado a su medida que a veces es sumamente absurdo que no haya decidido interpretarlo él. ¡Y a veces me parto, pensando en él! En estas ocasiones, prefiero tenerlo a él (excepto en la anterior Midnight, que le quedaba excesivamente joven, je je).

Terminando, como debe ser con literatura, me resulta difícil creer que seré capaz de encontrar un personaje tan directo, sarcástico, jovial, pasota y cínico como el Lord Henry de Dorian. Impresionante, se podría escribir una obra entera con las frases del individuo.

Saludines varios.

@BriGid hace 12 años

Pues sí, insisto, las interminables reflexiones, vueltas de tuerca, rizadas de rizo y demás que posee Allen en sus peliculas, en las que él sale de protagonista, secundario o lo que sea, me crispan los nervios, además siempre hace el mismo papel de toca pelo...¡Adoro Match Point, Melinda y Melinda...etc!

@Tharl hace 11 años

Recientemente he ido al teatro a ver la representación de LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO -¿en estos casos se vota la ficha o no?-. Por lo que me han dicho la adaptación es fiel y genial hecha, hablaré entonces de qué me ha parecido la obra.
Creo que su subtítulo le viene como anillo al dedo: "comedia banal para gente muy seria". Es ingeniosísima, divertida y de un ritmo formidable, pero banal como ella sola. De Oscar Wilde hay tres cosas que me encantan: su sensibilidad y elegante escritura, su ingenio mordaz y su crítica provocativa y subversiva a la sociedad victoriana. Pero LA IMPORTANCIA DE… ha perdido todo su carácter provocativo, a nadie escandaliza que critiquen el matrimonio ni que se rían de ciertas costumbres burguesas. Tampoco se encuentra esa sensibilidad que hay en algunos pasajes de Dorian Gray o en sus cuentos. Queda pues, lo que queda: una comedia banal increíblemente ingeniosa. Parecida a una obra de enredos de Poncela. Algo decepcionante para la que yo creía la mejor obra teatral de mi escritor inglés favorito, pero magnífica si nos olvidamos del nivel habitual de su autor.
Esto sin contar algunas reticencias personales que tengo con el teatro por falta de costumbre: me cuesta acostumbrarme al modo de representación histriónico que tiene en ocasiones, y aquí, desde luego, lo tenía.

En cuanto a Woody Allen, a falta de ver varios de sus clásicos, no soy un fanático suyo. Soy de esos prefieren “Match Point” sobre todas las demás, es decir, la menos alleniana. Pero “Manhattan”, “Annie Hall”, “Anna y sus hermanas” y “Misterioso Asesinato en Manhattan” me parecen más que recomendables.

Interesante reseña Blackbird, y también los comentarios.

@Poverello hace 11 años

Hola de nueeevo. Mucho ha llovido desde que dije que no había leído la obra de Wilde. Hace meses que ya sí.

El caso es que más allá de lo que comentas sobre la sátira del escritor hacia costumbres sociales y actitudes morales de la época, a mí "La importancia de llamarse Ernesto" me sigue pareciendo una crítica más que mordaz a algo que, desgraciadamente, nunca pasa de moda: la hipocresía y falsedad de todos los grupos humanos y que les hace comportarse de determinada manera según el viento que más fuerte sople y en virtud de las propias conveniencias. No en vano el doble sentido del título en inglés: 'la importancia de ser serio/honesto'.

Todas las pelis de Allen que comentas son ciertamente fantásticas, Tharl. La última que nombras está rodada íntegramente con cámara al hombro y crea una sensación de desasosiego que flipas, ji.

@Tharl hace 11 años

Hummm! tienes desde luego toda la razón, pero la hipocresía y la sátira de las costumbres burguesas es algo tan visto, que prácticamente parto de ello al ver una comedia.
La crítica que hace Wilde por ejemplo, en obras como EL DIARIO DE..., EL CRIMEN DE LORD ARTHUR, EL FANTASMA DE CANTERVILLE, y otros cuentos, excede de sobra la sátira a la hipocresía vitoriana, sobre todo en el primer y último caso. LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO, no. Me parece una comedia banal con mucho, mucho, ingenio.