LA HIZO POR DINERO Y LE SALIÓ..SANTUARIO por lucero

Portada de SANTUARIO

No se la quiso dar a leer a su madre....
Renegó de esta novela hasta su muerte.
La rehizo suavizándola ??!!!

Esta obra, escrita inmediatamente luego de “El ruido y la furia” le llevó tres semanas y fue realizada, según su autor, por motivos económicos..bah, necesitaba el dinero, se sentó y le salió Santuario. El editor se negó a publicarla, se sentó de nuevo y escribió “Mientras agonizo”, trabajando de fogonero. Más tarde el editor se decide, retocan la novela, suprimen temas escabrosos como el incesto y el estupro y sale.
La version original puede hallarse en Gerald Langford, Faulkner´s revition of Sanctuary, University of Texas Press, 1972.
Para una reseña calificada, de Don Mario Vargas Llosa remitirse a http://bibliotecaignoria.blogspot.com.ar/2011/07/mario-vargas-llosa-santuario-el.html
Coincido con @Poverello que no es fácil de leer, ni desde el tema ni desde la estructura narrativa.
Borges dice que los novelistas norteamericanos convierten la “brutalidad en una virtud literaria”, y no puedo estar más de acuerdo.
La historia es brutal : alcohol, violación, muerte, racismo, abandono....un rosario despiadado de eventos inevitables, que se suceden como en una cascada...que no se escucha ni se ve...pero moja!!!!!!
Faulkner tensa el hilo y no relata los hechos, corta el cuadro, y el lector (mi primer Faulkner) va para atrás, se convence de que no dejò de leer nada y sigue.
Se detiene de golpe el prudente lector porque aparecen muertos y linchados. Cierran aspectos de la trama y se deslizan datos inquietantes.
Santuario es más que un libro, más que una obra de arte. Es una experiencia literaria, que acompaña al lector muchos días después. Me pasó lo mismo con Steimbeck, conmueven y nada es lo mismo después de su lectura.
Los personajes se definen por los hechos, por lo que hacen : no leemos nada de su interioridad, si disfrutan o sufren : solo matan o mueren.
Sobrevuela la amoralidad en todos ellos menos en el abogado, que es ambiguo e indeciso. Parece no saber nunca muy bien que hacer ante la complejidad del proceso judicial que acepta. Resiste patéticamente los avances de su hermana para que abandone el caso. La relación con su hermana, su esposa y su hijastra está sólo delineada y realmente le quita mérito a la historia, se tiene la certeza de que hay mucho más de lo que se dice debajo de esos vínculos untuosos, en las evocaciones solitarias de Belle...quizás la primera versión de Santuario cerrara mejor el tema.
Me impresionó vivamente la “cualidad” bestial de los personajes : cuando están en la casa del bosque y los hechos se presagian, de esos hombres alcoholizados sabemos que actúan, literalmente, como animales : se mueven sin ruido, están en la sombra pero no se ven, sólo son audibles sus respiraciones, sus ojos brillan, no se sabe si piensan, no hablan....se los huele...
La mujer que vive en la casa, la esposa del fabricante de whisky, ex-prostituta (por supuesto!), con su niño enfermo y casi muerto siempre, protegido de las ratas en un cajón arrinconado en el fogón, poco hace para evitar los hechos, sólo le importa que su marido no se entusiame con la joven.
Temple Drake, la chica de la novela, hija de un juez, universitaria con poca dedicación al estudio, y tonta, se convierte en la recomendación moral de Faulkner : a las chicas malas, les pasan cosas.
Toda la atmósfera de Santuario está impregnada por un moralismo que no creo intencional por parte del autor y da cuenta de una época y de una cultura en los Estados Unidos de los años ´30/40 : lo que se puede hacer y lo que no (limpiar la propia casa, para un abogado blanco...imposible), si se es violada su condición social, moral y personal queda dañada al punto de estar en en una casa de prostitutas...., la condición de la mujer y de los negros, la política.
No quiero hacer una reseña larga, que aburren, pero no puedo olvidar a Popeye, el asesino, el violento, el perverso, la encarnación de todos los males, algo deforme, impotente, figura ominosa y que sobrevuela toda la novela, pero con un halo ausente.
Cuando califiqué Santuario hace ya unos días, me pareció un siete, es muy dura, difícil ...pero ahora que pasaron los días y la he podido digerir no bajaría de un nueve.
Imprescindible. Gloriosa literatura norteamericana.

Escrita hace 12 años · 4.8 puntos con 5 votos · @lucero le ha puesto un 9 ·

Comentarios

@sedacala hace 12 años

Es curioso eso que dices; un 7. En la cabeza va dando vueltas y vueltas y por fin ¿sería un 9? ¿Puede ser, que unos días después sea el momento en que mejor se disfruta de un libro? Algo de eso me pasa a veces con algunos. Su lectura es incomoda y accidentada. Pero luego, su recuerdo produce satisfacciones enredadas en su jugoso análisis posterior. Absalón, Absalón, tal vez.

@Poverello hace 12 años

Pues nada, sé generosa, Lucero. Se merece ese nueve. Como ya decía en mi reseña, mi "vida" literaria no es igual después de Faulkner, para lo bueno y para lo peor... No se te va de la cabeza, por años que pasen.
Sigue disfrutando con Faulkner, que de la necesidad hacía obras maestras, con una, con varias... con todas. Gloriosa literatura norteamericana, gran verdad.
Sedacala, los libros que dejan poso, se disfrutan más con los años: como el primer beso, como el primer amor... porque es cuando descubrimos la grandeza de lo que supuso. Experiencias únicas e inolvidables (buenas, claro) no hay tantas... para mí, Faulkner, fue, es y será una de ellas.

@lucero hace 12 años

No es que fuera difícil sólo por la lectura en sí....la trama, los personajes, es de una complejidad que requiere un tiempo de reflexión y estudio. Yo entro "virginalmente" a las obras, para no contaminar mis impresiones. Y luego busco, me informo, miro primero en SdL y lentamente va decantando el placer de su lectura. Lo voy releyendo, ya que aún no lo devolví a la biblioteca....la lectura es un misterioso acto con profundas connotaciones, primero intelectuales y luego emocionales. Cuando trasciende las décadas vemos que fueron espirituales tambien, amigo sedacala

@FAUSTO hace 12 años

Buena reseña, lucero. Yo también tengo sólo una experiencia con Faulkner: “El villorrio”, y si bien la novela es un recuerdo vago y lejano, que no me impresionó demasiado, creo que la temática que describes tiene bastante en común en ambas obras.

Ya va siendo hora de dar otra oportunidad a este escritor (con grandes seguidores en esta página) para hacerme un juicio más completo y actual. Tanto “Santuario” como “El ruido y la furia” están en mi biblioteca personal, y sólo tengo que elegir el momento y el libro. Tu comentario (junto con otros) me ha animado, especialmente por la comparación “emocional” con los escritos de Steinbeck; autor que me ha impactado con las 3 novelas que he leído de él.
Por cierto, las reseñas largas no aburren si lo que expresan es interesante, como es el caso.