TODO SOBRE LOS DINOSAURIOS, PARA EL LECTOR COMÚN por EKELEDUDU

Portada de LA VERDADERA HISTORIA DE LOS DINOSAURIOS

Somos muchos los que en nuestra infancia nos hemos sentido atraídos por los dinosaurios; y a algunos nos siguieron fascinando de adultos. Probablemente las raíces de su desaparición haya que buscarlas en el hecho de que su desaparición les otorga un carácter semimítico realzado por las enormes dimensiones de muchos de ellos, que los asemejaron a los mitológicos dragones. De cualquier manera, esa fascinación fue variando con el correr del tiempo, pues los "dinos" eran originalmente, para nosotros, los monstruos que veríamos en películas del tipo UN MILLÓN DE AÑOS ANTES DE JESUCRISTO o EL VALLE DE GWANGI y no mucho más que eso, hasta que de a poco nos fuimos haciendo a la idea de que en realidad eran criaturas que a su modo vivían tan normalmente como los antílopes y los leones africanos de la actualidad, y estaban tan asombrosamente adaptados como ellos a su propio nicho ecológico. Hoy en día, la información sobre ellos corre prácticamente a raudales, pero antes no había tantos libros ni eran demasiado accesibles -por precio o por estar dirigidos a científicos en ciernes y estar escritos en un lenguaje y estilo acordes- al gran público. En mi caso, hubo en este sentido dos obras que fueron claves para mí, y ahora tratamos la segunda de ellas, aquella con el que el tiempo fue más piadoso.

LA VERDADERA HISTORIA DE LOS DINOSAURIOS, nombre del libro en cuestión, no ha podido evitar verse, en efecto, contradecido a medias por las investigaciones posteriores a su publicación; sin embargo, no es tanto lo que ha quedado "inutilizado", y se refiere mayormente a algunos datos concretos y específicos de ciertas especies como el Troodon o el Mussaurus. El resto mantiene su vigencia original casi intacta, y su contenido merece ser desglosado por capítulos. El inicial sirve para establecer qué es un dinosaurio y qué no lo es, aunque a nuestros ojos lo parezca. Sigue otro, brevísimo, explicando en forma muy básica la evolución y los principios que la rigen. Acto seguido, el capítulo 3 nos explica el proceso que permitió la fosilización de los dinosaurios; en tanto que el siguiente versa sobre estratigrafía aplicada a aquellos animales. El quinto, tan breve como el segundo, nos habla del árbol evolutivo, que nos permite saber o intuir de dónde evolucionó tal o cual especie y a qué otras especies dio origen a su vez.

Los dos capítulos siguientes se refieren a la búsqueda de fósiles: el sexto habla sobre los primeros hallazgos de fósiles de dinosaurios, en tanto que el séptimo explica dónde es posible o más factible encontrarlos.

Uno de los capítulos que más interesantes me resultaron es el octavo, que explica sobre qué bases los paleontólogos consiguen establecer qué aspecto tenía y cómo vivía un animal ya extinto. Siguen otros dos que se ocupan de la taxonomía: el noveno detalla las bases de la sistemática zoológica, mientras que el décimo se ocupa específicamente de la clasificación de los dinosaurios. Entre este último capítulo y el siguiente se incluyen unas cuantas láminas exhibiendo aceptablemente el aspecto de unas cuantas especies de dinosaurios. Acto seguido, el capítulo 11 intenta reconstruir el origen de los dinosaurios. Si bien no hablo con conocimiento de causa, en este último caso parece lógico pensar que los nuevos hallazgos -o los antiguos estudiados con métodos modernos- puedan haber dejado obsoletas o, por el contrario, haber confirmado alguna de las teorías al respecto.

Los cuatro capítulos subsiguientes describen un poco los principales grupos de dinosaurios y, dentro de éstos, los exponentes más típicos: los terópodos en el capítulo 12, los sauropodomorfos en el 13, los ornitópodos en el 14 y el resto de los ornitisquios (dinosaurios con cuernos, dinosaurios con placas y dinosaurios con armadura) en el 15. El 16 se ocupa de la polémica acerca de si los "dinos" eran de sangre caliente o sangre fría. Este debate sigue sin resolverse hasta la actualidad; como mucho, las investigaciones posteriores a este libro pueden haber agregado más pruebas para la polémica, pero nada más. El 17 nos habla de la relación entre los dinosaurios y las aves, el 18 de la distribución geográfica de los dinosaurios y, por último, el 19 examina todas las teorías, o las principales al menos, acerca de la extinción de los dinosaurios, sin pronunciarse por ninguna. Es verdad que los últimos años una teoría catastrofista supone que el impacto de un meteorito o asteroide contra nuestro planeta podría haber provocado la desaparición de esos animales, pero no todos los especialistas están enteramente de acuerdo, de modo que también en este caso la cuestión sigue sin dirimirse.

En lo personal, lo único que lamenté y sigo lamentando de este libro es que en el Capítulo 12 se habla de que los descubrimientos recientes han demostrado que algunos saurópodos del Cretácico superior poseían unas placas óseas de protección incrustadas bajo la piel, y no se abunde en más detalles. Tal vez esos descubrimientos recientes eran por ese entonces, precisamente, demasiado recientes. De cualquier manera, la información que se brinda es por lo demás muy completa, y expresada en un lenguaje tan cotidiano como es posible para tratar un tema científico. De hecho, Charig en algún momento critica la pedantería científica, algo que por lo visto, y agradecidos nosotros por ello, no le va. Por eso éste es tan buen libro.

Escrita hace 12 años · 4 puntos con 1 voto · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

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