MENOS QUE CERO por Shorby

Portada de MENOS QUE CERO

Este es el primer libro que leo del autor y la verdad, me ha dejado muy fría, esperaba otra cosa… no sé exactamente qué, pero desde luego un vacío no.
Por lo que he leído por ahí, su última novela “Suites imperiales” es la secuela de esta otra, que a su vez fue su primera obra, escrita en su adolescencia. En “Suites” se narra la vida de los mismos protagonistas años después, quizá me anime (ja).

Estamos en la década de los 80, aquí se cuentan las vacaciones de Navidad de un estudiante que regresa a su casa en Los Ángeles para pasar estos días con los suyos… mayormente con su grupo de amigos, la mayoría famosos ricachones y punks adolescentes sin personalidad–de padres ausentes casi todo el tiempo- que nadan en dinero y droga. Peeero sin embargo están completamente huecos por dentro, carentes de valores, pensamientos, sensaciones… total ¿para qué?, habiendo dinero de sobra… Hedonismo puro y duro.

Y ya está. No hay más argumento, así que la historia llega a ser bastante repetitiva. No pasa nada más en 180 páginas, salvo en las últimas, que parece que se anima un poquito (muy poquito).

El protagonista de la historia es Clay, y pasea por la misma como un espectro, ya que apenas se involucra en nada de lo que ocurre, aún estando presente en situaciones realmente grotescas. Violaciones, prostitución, drogas (bueno, aquí sí se involucra, se pasa todo el libro con un colocón tremendo), todo transcurre en unas pocas semanas mientras el chaval se muestra totalmente apático ante todo y cuyo remedio para todo es el mismo: largarse.
En resumidas cuentas, Ellis nos habla de una juventud perdida personal y espiritualmente, que va en picado a vete-tú-a-saber-dónde.

Narrado como si te estuviese hablando un chaval de 17 años de hoy en día (de los que no saben hablar). Me explico: “Fuimos aquí y entonces Fulanito dijo “tal” y Menganito contestó “pascual” y entonces nos fuimos y acabamos en No-sé-dónde y entonces ya nos quedamos ahí”.
Ojo, que no digo que esté mal escrito, sólo que me produciría el mismo efecto si me cuenta que ha ido a comprar el pan esta mañana. Eso sí, todo ello en un estilo muy directo, con una frialdad que hiela, explicando cada escena sin inmutarse, lo que le da una crudeza tremenda al relato; pero como digo, no me termina de convencer.

¿Lo recomendaría? Pues la verdad es que no.

Escrita hace 12 años · 4 puntos con 1 voto · @Shorby le ha puesto un 5 ·

Comentarios