SENCILLA, ENCANTADORA Y CON MENSAJE por EKELEDUDU

Portada de ME MUERO POR IR AL CIELO

Algunas personas tienen la virtud de ser extraordinariamente populares dentro de la comunidad donde viven, y ése es el caso de Elner Shimfissle, una anciana que no está muy lejos de ser centenaria, pero cuya vivacidad y ganas de vivir envidiarían personas mucho más jóvenes... Ahora bien, las ganas de vivir no son todo; y , ya se sabe, la gente muy mayor podrá ser todo lo encantadora que se quiera, pero a veces su misma guapeza la impulsa a emprender cosas que, a sus años, entrañan considerables riesgos, y que, por lo mismo, provocan en sus seres queridos infartos varios de sólo imaginarlos haciéndolas. En el caso de Elner, el asunto fue que se subió a una escalera para cosechar higos de su propia higuera; acción un tanto, digamos, clandestina, por cuanto su sobrina Norma le había advertido que ya no tenía edad para esas cosas. Pero en fin, Elner no hizo caso; y así fue como se encontró con un bello nido de avispas en su higuera, todas ellas muy, pero muy malhumoradas. De esa manera tuvo que ser ingresada en el hospital más próximo, en grave estado. Por supuesto, en la medida en que su estado se lo permite, la emprendedora anciana se ve venir la temida y enérgica reprimenda de su sobrina; si bien su punto de vista es que la culpa no es de ella, sino de las avispas, que han osado construir un nido en su higuera. También le preocupa no haber apagado el horno o dado de comer al gato; y tiene cierta impaciencia por volver a casa para cerciorarse. Y entre esto y aquello, Elner muere. ¿Muere?... Hay que decir que el Cielo al que va a parar es absolutamente original, y hace sospechar que la viejita quizás esté alucinando o, por lo menos, soñando.

Pero mientras tanto, ¡vaya conmoción que arma su accidente! Ya lo habíamos anticipado: la dama era extraordinariamente popular. Bueno, su sobrina Norma la quería, sí, pero la consideraba un tanto excéntrica e incluso un poco pesada... ¿O sería que ella era demasiado rutinaria y aburrida? Como sea, Norma se entera y es presa de un ataque de histeria en ciernes, con el que deberá cargar su estoico esposo Macky. Se entera también la vecina de Elner, verbena Wheeler, pentecostal muy estricta, quien se ocupará de difundir la noticia a otras personas. Algunas de ellas se enteran estando Elner en grave estado, otras cuando ya ha pasado a mejor vida. Ah, ¡entonces la ancianita sí se encuentra realmente en el Cielo, no está alucinando ni soñando!... Todos aquellos que la conocieron van desfilando y recordando cosas de ella a medida que se suceden las páginas; recuerdos humanos, entre divertidos y entrañables. Y entonces, de repente, llega la desmentida: Elner había sido dada por muerta erróneamente, está viva... Entonces, ¿su Cielo era producto de un sueño o un delirio? ¿O de veras estuvo muerta durante unos instantes, y revivió?

ME MUERO POR IR AL CIELO es un libro que trata de la maravilla de lo cotidiano; de cosas que quizás no advertimos, o sobre las que no reflexionamos en nuestro diario ajetreo, en nuestro mundo tan lleno de prisas que nos impiden detenernos en lo realmente importante. Fannie Flagg, su autora, es toda una experta en descubrirnos ese lado inadvertido de la vida. Tal vez el público no esté muy familiarizado con su nombre, pero estamos hablando de la autora de otro libro igualmente sensacional y humano, por el que sin embargo no he querido empezar a la hora de comentar su obra, y del que el director Jon Avnet realizó una exitosa adaptación cinematográfica: nada menos que TOMATES VERDES FRITOS.

Precisamente Elner Shimfissle, en cuanto personaje, guarda cierta semejanza con Ninny Threadgoode, un personaje clave de TOMATES VERDES FRITOS; dato que, creo, dirá mucho a quienes, ya sea en formato literario o cinematográfico, conozcan esta última. En ambos casos se trata de ancianas que testimonian, cada una a su manera, que menos importante que cuánto es cómo se viva. ¿Se repite a sí misma Flagg? Bueno, quien quiera pensarlo así puede hacerlo, por supuesto. Yo particularmente opino que sobre ciertas cosas nunca se insiste demasiado. Y además, una humilde pregunta... ¿Cuántos han pensado que Thomas Harris se repitiera demasiado con su saga del antropófago doctor Hannibal Lecter?

Escrita hace 12 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

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