EL TRONO DE LOS 5 REYES por FAUSTO

Tras la presentación de los personajes y del mundo fantástico-medieval de George R.R. Martin, en esta nueva entrega comienza la lucha y la guerra de los 5 reyes por la conquista del Trono.

Empieza de una forma sugerente, con la aparición de un cometa con claras reminiscencias a la estrella de Belén. Esta visión en el cielo suscita en varios personajes un vaticinio favorable, una señal divina. En este libro segundo tiene mucha más importancia la religión, la magia y los sueños premonitorios, con más carga simbólica. Por suerte para mí como lector, la fantasía y la magia no son abundantes, aunque superan con creces al libro anterior.

El autor nos adentra a otros mundos y reinados no narrados antes, como son los de las Islas de Hierro, Rocadragón y varios lugares de las tierras del Este, más allá del Mar Angosto. Con Daenerys exploramos sitios exóticos que en algo recuerda a las ciudades árabes de la antigüedad. Ahora conocemos mejor a Theon, personaje patético y miserable (es mucho más interesante su hermana Asha) que nos describe la dureza y crueldad de los “Hombres de Hierro”, con claras alusiones vikingas. Y con Davos, nos muestra a Stannis y la corte de Rocadragón, donde se encuentra Melisandre, una sacerdotisa misteriosa y malvada que hasta ahora no ha tenido mucha participación, pero es vital su presencia, y con un par de pasajes espectaculares en la narración.

Mantiene de “Juego de tronos” las intrigas, traiciones, las luchas por el poder, y continúan evolucionando los personajes. Este último aspecto es quizá el más reseñable, es fundamental que los protagonistas progresen y “crezcan”, y además la mayoría no son maniqueos. Parte de este progreso es debido a las crisis de identidad que tienen varios protagonistas, donde se cuestionan su situación actual en relación con las situaciones que viven, sus recuerdos, sus deseos y lo que realmente son. Si no recuerdo mal, todos los personajes que con su nombre titulan los capítulos (incluido Davos), tienen estas dudas de personalidad y hay un conflicto por reafirmar su identidad. Cada uno con particularidades distintas.

Se hace hincapié en otros temas secundarios como la realidad y el honor, o el significado y función de los caballeros. Que poco o nada tienen que ver, y la galantería de la caballería no es reflejo de las canciones y leyendas. Lección que aprenderá Sansa, que por fin abrirá los ojos a la verdad del mundo. Una enseñanza (aparte de otras confesiones) que adquirirá su madre en un memorable dialogo con el Matarreyes, el único pasaje donde sale.

Otro aspecto común es el amor y el instinto de protección hacia los hijos (o dragones) que sienten las 3 madres: Catelyn, Cersei y Daenerys. Este sentimiento está por encima de cualquier otro, es una prioridad para las tres, aunque es más comedido y natural en Catelyn. También hay referencias “feministas” sobre la función de la mujer en la corte y las diferencias con los caballeros (propios de la Edad Media), ambos utilizan “armas” distintas, y a pesar de las diferencias, es muy poderoso el “armamento femenino” si se tiene belleza, astucia y pocos escrúpulos para utilizarlo.

En cuanto al estilo, continúa las buenas maneras del 1º libro: una novela con lenguaje sencillo y con ritmo ligero, buenas descripciones, y sobre todo excelentes diálogos, que definen perfectamente a los protagonistas.

Esta novela la he calificado igual que la anterior, pero no me ha parecido tan redonda. He tenido en un momento un pequeño “bache” donde la narración se ha hecho pesada, cosa que con “Juego de tronos” no tuve. Otra cosa negativa han sido los excesivos personajes secundarios que se ha empeñado el autor en darles vida, en describirlos y en hacerlos desaparecer. Me refiero a los que tienen poca importancia en la narración y que no hubiera pasado nada si no los menciona, es más, la lectura hubiera sido más ágil y entretenida. Y para seguir con los puntos negativos, o mejor dicho los menos favorables, serían el elevado número de páginas. Hay varias descripciones excesivas que son redundantes y nada aportan (son pocas) a la trama, restando viveza. En esta situación estarían los capítulos dedicados a Jon y Daenerys donde se peca de este exceso y solo son destacables los fragmentos de acción y diálogo, que son bastante buenos.

Los capítulos que más me han gustado han sido los protagonizados por Ayra y por supuesto por Tyrion, que sigue siendo mi personaje favorito. Los episodios de la “díscola” de los Stark, están siempre llenos de aventura, acción, amistad y sed de justicia por su familia. Aquí hay que destacar al personaje enigmático y siniestro de Jaqen H'ghar.
Y con el enano seguimos con sus astucias y argucias para gobernar como Mano del rey. Sus pretensiones de justicia y amor por la prostituta Shae, le humanizan y le hacen más amable que el resto de los Lannister. Aunque de vez en cuando reniega de ambos sentimientos, tanto la justicia como el amor los considera como algo quimérico para él.

En fin, seguiré con el 3º libro, pues como los buenos folletines todos los argumentos quedan en suspenso, y con ganas de saber cómo se desarrollan. Cuando empecé esta saga no me imaginé lo adictivo que pueden ser estos libros, un puro entretenimiento.