RADIO MADRUGADA por _567_

Portada de CREÍA QUE MI PADRE ERA DIOS

Un tipo listo el amigo Auster, personalmente me cae bien, no es malo con la pluma y además consigue convencerme con su siempre interesante propuesta, unas veces fruto de la rebuscada casuística y otras deliciosamente pintoresco cuando le da por mostrarnos las postales que componen su exquisita colección de la sociedad norteamericana en general, y cual bufón de Woody Allen, la neoyorkina en particular.

Este es un libro atípico, ya que son los lectores quienes lo escriben, y después lo compran, o para ser más justo con su argumento, los oyentes de un programa de radio, intentaré resumir la jugada maestra del lince Paul: El mágico mundo de la radio, los que compartan conmigo la afición a las ondas hertzianas ya saben de lo que les hablo, cogemos un programa de esos de participación donde como sucede con las letras cibernéticas, la voz anónima no tiene pelos en la lengua; llaman a esa emisora durante, pongamos el periodo de un mes, cuatro mil personas contando una historia particular, de los más variados temas (sueños, guerra ,muerte, amor, etc…), de las que resultan agraciadas 180, es decir que el desahogo de tu noche de verano será editado a la mayor gloria de Dios, que es tu padre claro… personas de cualquier edad, con las barras y estrellas de los 42 estados norteamericanos representados, fifty-fifty hombres y mujeres, hechos insólitos, vivencias y curiosidades de gente de todos los estratos sociales: ricos, pobres, gordos cebados de hamburguesas y delgadillas de diseño, altos pivots de la NBA y bajitos de los que crecen en los circos, frikis, politicos, gays, deportistas, vendedores de helados, incluso algún torero si no recuerdo mal; el enjambre mestizo de la humanidad hecho trizas…todo a la coctelera, se agita, y ahí tenemos el retrato de una sociedad, la nuestra, donde todo es posible, contamos nuestros recuerdos en público y alguien se encarga de buscarles un rinconcito en la posteridad…

Ya que te pones a extender la ropa de los otros, amigo Auster, lavando la tuya primero en la lavadora que centrifuga la sinrazón como has demostrado en otros de tus libros, te voy a perdonar que estuvieras un pelín vago a la hora de hacer tu propia aportación particular a la historia contemporánea que retratas, mas que nada porque algunas de tus obras consiguen coronar cimas que otros ni sueñan en alcanzar, y es que no es nada fácil componer los personajes que tu logras hacernos creer que existen, esos que buscamos y encontramos, leemos y conocemos: presentimos. Tienes talento amigo Auster, no nos jodas más con historias de otros, invéntalas y háznoslas creer como tu sabes.-

Escrita hace 12 años · 4 puntos con 4 votos · @_567_ no lo ha votado ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 12 años

De acuerdo con lo esencial, Krust. Juan José Millás también hace algo parecido con los microrrelatos en la SER. Pero hay un detalle: los Estados Unidos son muy, muy grandes, y entre trescientos millones de habitantes hay cada caso... Auster se aprovecha, claro, del material que le brinda semejante concurrencia. ¡Y vaya material! Algunas historias han puesto a este curtido lector los pelos de punta, literalmente. No entro en discutir la nula paternidad de Auster sobre este material, ni la jugada editorial de usar su nombre. Lo que pondero es el extraordinario caledoscopio de la sociedad estadounidense que es este libro inclasificable.

@_567_ hace 12 años

El material que selecciona Auster para la confección de este libro, como bien comentas, es realmente extraordinario. De hecho la vida misma nos proporciona a todos y cada uno de nosotros situaciones o "momentos estelares" que nos hacen reflexionar muy seriamente sobre esas famosas preguntas sin respuesta que forman parte de nuestra existencia, a saber: ¿Quienes somos?, ¿A donde vamos?, ¿De donde venimos?, entre muchas otras...
Me alegra sobremanera que menciones a Millás (muy recomendables sus últimos trabajos, por cierto, "Laura y Julio" y "Lo que sé de los hombrecillos" me han gustado mucho...); tampoco yo entraré a fondo sobre la paternidad de esta novela, aunque me gustaría mencionar que el prólogo firmado por Auster es muy interesante, pero encuentro a faltar otros comentarios del propio autor sobre, si no todas, algunas de las historias que aquí aparecen, a la manera de lo que hace Millás en la radio pero por escrito. Ah! sobre JJ le tengo muchas ganas a "El mundo", a ver si me hago con ella...
Para incrédulos, que entiendo que alguien pueda llegar a pensar que algunas de las historias que aparecen aquí no puedan ser reales, solo decir que el subtitulo de esta novela es "Relatos verídicos de la vida americana".

* Gracias por sintonizar esta reseña ;-)