UN MAL COMIENZO... por Nastenka

Portada de LA CIUDAD Y LOS PERROS

...o por lo menos es lo que tuve yo con Vargas Llosa, con su ciudad..y con los "ladridos" de sus perros..
Creo recordar haber leído en alguna reseña o comentario en esta página, a alguien que decía algo así como que si un libro, al llegar a la pág. 100 no le había gustado...desistía.
Pues justo cuando eso se me pasó por la cabeza, bajé al pie de página, la cual rezaba un número... 86.. y pensé..."no sé si yo seré capaz de llegar a la centena", las páginas venían plagadas de palabras que, en mi simpleza y desconocimiento de la "jerga" peruana, yo no era capaz de entender, si bien a veces se podían.."presuponer", otras no... pero me armé de paciencia...y seguí... Y como si el libro me hubiera leído el pensamiento, fueron desapareciendo esas letras que se me escapaban...

Vargas Llosa nos sitúa en un colegio militar en Perú, donde nos hace partícipes de las vivencias en el último año de un grupo de cadetes en el colegio militar Leoncio Prado, donde la formación escolar, en cuanto a conocimientos, es lo que menos importa y la formación humana es absurdamente mal entendida, llegando a los niveles más burdos, donde esa formación humana es entendida como un sinónimo de disciplina militar brutalmente ejercida. Es así como nos adentramos en las historias de varios adolescentes que pasan ahí sus días...con sus noches, sometiéndose a una disciplina que los humilla y los castra, aprendiendo los valores de la agresividad, de la humillación, de la valentía y la hombría mal entendidas. En este ambiente ellos se desarrollan, se conocen y aprenden a relacionarse, creando códigos y leyes paralelas a las existentes en el colegio, leyes no escritas, impuestas por algunos de ellos, por los mas fuertes, en ese ambiente, acaban siendo unos "pequeños viejos" resentidos de la vida... cuando apenas la estan empezando a vivir..

La historia principal se ve en numerosas ocasiones interrumpida para dar saltos hacia atrás en el tiempo y contarnos algo sobre las vidas de algunos de los protagonistas... y aquí terminó de confundirme, no sé si le habrá pasado a alguien que lo haya leído, pero en una de esas historias, donde no llama por su nombre(ni apodo) al muchacho en cuestión... yo leí todos esos saltos, creyendo que se trataba de uno...y sólo al final descubrí mi equivocación, cuando el autor ya utiliza el apodo del "pequeño viejo"...

Igual elegí mal momento para esta lectura...

Escrita hace 12 años · 3.8 puntos con 9 votos · @Nastenka le ha puesto un 6 ·

Comentarios

@SokraM hace 12 años

Tengo unas ganas inmensas de leer este libro Nastenka. Siempre he pensado que tenía que empezar con Mario Vargas Llosa por aquí.
Te parecerá mentira pero entre los "contras" que le pones a la obra, que a mí no me parecen sino "pros", y esa breve sinopsis que haces en el segundo párrafo, mis ganas han crecido.

@Nastenka hace 12 años

También yo tenía muchas ganas de leerlo, SokraM, y también quise empezar con Mario por esta "ciudad"...
Y.. no creas, me es fácil entender que lo que para mí sean "contras", para otros sean "pros".
Si te animas a leerla, ya me contarás si te pasó lo mismo que a mí con ese personaje que cito al final, que seguramente no fue intención del autor confundir al lector, seguramente yo me perdí en algún momento..

@FAUSTO hace 12 años

Esta fue mi primera lectura y el descubrimiento este gran escritor. Fue una lectura obligatoria en mi época de estudiante, y no recuerdo el detalle que comentas del final.
Espero que con este mal comienzo no descartes sus novelas. Sólo he leído 4 libros suyos y todos me han parecido notables.

@Nastenka hace 12 años

Al mal comienzo me refería, más que nada, al comienzo de la obra en sí... no al conjunto, al fin y al cabo un seis es más que un aprobado..
En absoluto lo descarto, aunque eso sí, Mario tendrá que esperar...

@Faulkneriano hace 12 años

Es una primera novela (sin contar Los jefes y Los cachorros, novelas cortas) deslumbrante, de las mejores puestas de largo literarias que recuerdo. El joven Vargas Llosa monta una estructura narrativa de primera clase; es de las novelas que deben leerse con papel y lápiz.

Ya se ha abierto la veda del boom hispanoamericano en esta página (véase Cien años de Soledad) Pero quien se meta con ésta (y no lo digo por ti, Nastenka) se las tendrá que ver conmigo. Cuando creo que alguien mete la pata, aunque sea el mismísimo Marito, no me duelen prendas a la hora de criticarlo: véase (y permítaseme la inmodestia) mi reseña a El sueño del celta. Pero cuando se critique novela tan rotunda como ésta, amigos, merece la pena echar mano del florete. Es un decir, claro. Pensándolo bien, lo mejor es dejarme de bravatas y releerla.

@Tharl hace 8 años

“La ciudad y los perros” no me parece la mejor novela de Varga Llosa, tal vez porque antes me había leído un par de veces “Los cachorros”, donde se encuentra la esencia del libro condensada en un relato insuperable; pero me ha gustado muchísimo. No me importa que Mario escriba tochos, tardo menos en leerlos que muchas novela de 100 páginas.

Comprendo lo que dices del monólogo. Yo también pensé que al principio era fulano, quedó descartado después, y, aunque mis sospechas apuntaban mengano, no lo he visto confirmado hasta el final del libro. No pasa nada, ¿no? Es parte del juego. Agatha Christie abusa de estas cosas de forma desvergonzada y bien que las disfrutamos. No vamos a quejarnos de la intriga ahora, ¿no? Sin ella tal vez no me hubiera visto tan inmerso en la novela, yo, un cadete más en los dos días que ha durado la lectura. Ahora toca volver al hogar y al barrio, la única pregunta es si lo haré como el poeta o como el jaguar; pero por corta que sea la estancia en el Colegio Militar Leoncio Prado, quinto año, primera sección, no deja indiferente a nadie.

@arspr hace 5 años

Me he decidido a escribir en tu reseña en vez de escribir una propia, (o de hacerlo en la de Poverello) porque en cierta manera me siento bastante identificado con ciertas partes de lo que indicas aunque no en el sentir general de la lectura del libro.

Para mí, este libro es claro ejemplo de que muchas veces el todo es más que la suma de sus partes.

En primer lugar, es cierto que lo de la jerga (o dialecto, o variante lingüística, o como se quiera llamar), del castellano-peruano en que está escrito en ciertos momentos a mí se me ha hecho arduo de leer fluidamente como te pasó a tí. Pero claro, esto es limitación personal, no detrimento del libro. Y en otras ocasiones, aunque suponga un ligero esfuerzo, pues es incluso un valor añadido en mi opinión. En cierta manera se siente "diferente" aunque solo sea por incultura, y aunque a lo peor lo lee un peruano y dice que es de lo más normalito del mundo.

En segundo lugar también yo he estado escamado por esa historia no colocada hasta que la colocas. Pero en mi caso, (y como indica Tharl), lo considero un acierto. Yo estaba deseando encontrar ese hilo argumental para ver si de una vez por todas conseguía identificar al personaje. Pero está claro que Vargas Llosa sabe ocultar (sin artificios) quién es hasta que le da la real gana que se resuelva.

Efectuados estos comentarios sobre tu reseña, comienza mi "aportación original". Como ya he anticipado para mí, y esto es muestra de su calidad literaria, el libro es claramente superior a sus partes. Y lo es porque si se analiza por trocitos no me lo creo, está hasta mal argumentado. Pero en conjunto, la credibilidad y sensibilidad de la ¿disparatada? historia y la ¿absurda? narración de lealtades, amistad y falsa amistad, corajes y códigos de honor, valentías y cobardías (aunque sea en versión B y oscura) me ha dejado notablemente tocado.

Y digo mal argumentado porque en sí la historia es increíble. Vale que los militares (y como ellos la "estructura" en muchos sitios, y no miro a la obvia Iglesia por no pisar muchos callos), de lo que se preocupa fundamentalmente es de seguir siendo. (Coño, ¡cómo suena esto a leitmotif de 1984!). Pero de ahí a pensar que son imbéciles y que no se enteran de lo que pasa debajo de sus narices va un abismo. Y precisamente eso es lo más grave, que sí se enteran, pero pasan de ello. No solo que pasan de ello cuando de repente se enteran. No, que están perfectamente enterados en todo momento pero se la trae al pairo si no les mueve el sillón o incluso si además les sirve para afianzarlo. Y esto se diluye en el libro porque hasta que se destapa la olla, es que realmente les pintan como que no se habían enterado ABSOLUTAMENTE de nada... Una visión muy naif...

E igualmente, es extremadamente forzada la vinculación "Teresil". Coño, esa chica debe haber conocido a medio Lima. Y vale que la de Ricardo y Alberto está medianamente justificada, pero la otra ya es para nota... Además con un tufo forzado (aunque yo he medio picado), porque hasta que no pasan bastantes hojas como que no queda claro que dicha tercera relación NO es la de Ricardo NO. Es como un burdo intento de confundirte.

E igualmente, la "venganza" final que pretende cierto personaje... Vamos, todo el mundo sabe que pegarme un tiro en el pie es una forma muy lógica de resarcirse de que quien o quienes sean me hayan traicionado. Así me quedo con la traición, (que no va a desaparecer), y con un doloroso agujero... De hecho además, es que el discursito que se pegan al respecto es totalmente prescindible. Para mí la novela habría ganado bastantes enteros eliminando totalmente ese pasaje y dejando por tanto en el limbo cierto hecho central de la novela.

E igualmente, si uno se pone a analizarlo medianamente, lo absolutamente absurdo que es el "código ético" de cierto personaje. Vale que esto de hacer truhanes hijoputas pero a la postre leales y honrados hasta el tuétano, mola mucho, es muy atrayente, se ha empleado desde que el mundo es mundo y lo que quieras. Pero o lo encuadras en un cierto irrealismo, (en un cierto ambiente de novela de "aventuras", "policiaca", o de lo que sea de "género" que todos sabemos que es una mera imagen ficticia de nuestro podrido mundo), o no hay quien se lo trague. Porque desgraciadamente en el mundo real, todo es mucho más gris y marrón.

Pero a pesar de todo, le he puesto un ocho porque consigue salvar todas sus piedras individuales y plasmar francamente bien ese conflicto entre reglamento para vivir, vivir para reglamento, y lo que es peor, ser consciente que el reglamento es mero cartón piedra para tapar las cloacas. Para mí Gamboa y su desencanto final, pero consecuente, es lo mejor del libro. Así como el pobre intento infantil de Alberto de mejorar el mundo que le rodea hasta que se da cuenta, por mucha pena que le dé, de que el muerto al hoyo y el vivo al bollo.