LAS TINIEBLAS DE LA MENTE por sedacala

Portada de EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS

Cuando leí este libro (hace quizá cinco años) no tenía una idea preconcebida de su contenido, apenas me sonaba; mis referencias sobre su autor eran consecuencia de las reseñas, sumamente elogiosas, con las que los autores de anteriores lecturas mías, habían salpicado sus páginas intentando propagar el gusto por la obra de Joseph Conrad. Por no saber, no sabía siquiera que esta novela en concreto, había servido de inspiración a Coppola para crear su APOCALIPSIS NOW. Así que mis expectativas eran buenas, los escritores que me lo habían recomendado me resultaban fiables, me prometieron un entretenido libro de aventuras, y yo me lo creí. Me sorprendió, no obstante, el desconocimiento generalizado de su obra en el mundo de los lectores corrientes; cuando en ese grupo de personas yo comentaba mi interés por leer a Conrad, invariablemente ponían cara de desconocimiento; constaté así, que no es un escritor realmente popular, si no que encajaría mejor en eso que se viene denominando “autor de culto”.

Y un buen día di el paso, y lo leí. Y comprobé que no se cumplía lo prometido o al menos lo que yo había entendido que me prometían ¿Dónde estarán las supuestas aventuras en este galimatías incomprensible? Pensé yo. Los que me lo recomendaron (Manu Leguineche recuerdo que era uno de ellos) pensarían que siendo de su gusto también lo sería del de sus lectores. Pero, conmigo se equivocaron, me vendieron el producto por el interés en historias de acción o viajes, y a mi me pareció que el carácter aventurero de estas historias, pasaba prácticamente desapercibo al ser contadas con esta prosa difícil, introspectiva, llena de puntos de vista sobre el mundo y cargada también de análisis sobre el carácter de los personajes. Eso no era lo que yo esperaba y me cayó como una bofetada; ahí aprendí que cuando se afronta una nueva lectura, es conveniente saber de que va. Si no, el impacto puede ser brutal, si es para bien, perfecto, pero como sea para mal, te llevas un chasco. Aprendí también, que la variedad de gustos literarios es infinita y nunca puedes estar seguro al cien por cien de una recomendación.

El caso es, que ahora, años después, al plantearme escribir una reseña sobre el libro, pruebo a releer primero algunos párrafos de éste para rememorar mis impresiones de entonces (extraigo el párrafo de www.epdp.com):


“La tierra parecía algo no terrenal. Estamos acostumbrados a verla bajo la forma encadenada de un monstruo dominado, pero allí, allí podías ver algo monstruoso y libre. No era terrenal, y los hombres eran... No, no eran inhumanos. Bueno, sabéis, eso era lo peor de todo: esa sospecha de que no fueran inhumanos. Brotaba en uno lentamente. Aullaban y brincaban y daban vueltas y hacían muecas horribles; pero lo que estremecía era pensar en su humanidad -como la de uno mismo-, pensar en el remoto parentesco de uno con ese salvaje y apasionado alboroto”. (EL CORAZON DE LAS TINIEBLAS Joseph Conrad)


Bueno, pues ahí está lo que yo quería decir. Lo he leído, y no he entendido nada. No es que no recuerde lo que acabo de leer, eso es normal, lo que quiero decir es que según leía no iba entendiendo casi nada. Leo otra vez, ahora más despacio. Sí, puedo extraer algo; son reflexiones; crea imágenes, “la tierra parecía algo no terrenal” es un contrasentido pero puede ser interesante como imagen (paradoja: tierra/no-terrenal). “Estamos acostumbrados a verla bajo la forma encadenada de un monstruo dominado” introduce para referirse a la tierra lo del monstruo, otra imagen; para continuar con que, “allí podías ver algo monstruoso y libre” ahora en vez del monstruo, califica lo que allí había de monstruoso, pero ¿Por qué libre?, pues porque ya no está encadenado. Es cierto, si te paras le ves el sentido, pero cuesta. Reflexiona después, “tenía la sospecha de que no fueran inhumanos” ¿Porqué una frase de sentido tan retorcido? ¿Eran humanos o inhumanos? Desde luego, lo acabo cogiendo, pero no a la primera. “Brotaba en uno lentamente” ¿Qué es lo que brotaba? No lo aclara, deduzco que se refiere a la “sospecha” de la frase anterior. Conclusión: procedo a enunciar mi particular resumen en el que extracto lo que yo he creído entender:


“Era un espacio confuso, como de otro mundo. Los que allí estaban no parecían hombres, se comportaban de manera salvaje y yo me preguntaba estremecido si ese comportamiento podría tener alguna conexión, más o menos lejana, con el mío propio”.


Eso es lo que Conrad quiso expresar en esos seis renglones. Para obtener ese resultado, he tenido que leerlo varias veces; y claro, así no se puede leer un libro. Es decir, en la práctica, me quedaría con el resultado de una sola lectura, lo cual supondría un saldo muy pobre; apenas obtendría el significado aislado de algunas frases sueltas, que no se acercarían, ni por aproximación, al sentido del conjunto del texto que yo he simplificado mas arriba.

No sigo, creo que mi problema para disfrutar de este libro, está claramente expuesto. Y creo saber también, por que satisface a otros. Es sencillo; ellos le cogen el sentido a la primera, si no al cien por cien, se aproximan a ese porcentaje; lo suficiente, como para gustar del mensaje de Conrad, de sus dudas, de sus reflexiones, de sus temores, de la poesía que encierran sus enunciados, de la tenebrosidad de sus paisajes, de ese universo suyo, oscuro, tenebroso. Debo decir, que si yo estuviese en ese caso entendería la admiración que se le profesa, yo también la tendría; pero, procuraría quedarme en el simple enunciado de dicha admiración y propagarla moderadamente. Por que tratar de hacer abiertamente apología de su obra, más allá de aquellos que la admiran “de forma natural”, no es que sea una labor ardua, es que es misión imposible. Al que lee algo de corrido y termina confuso, no se le puede exigir adhesión, sería masoquismo de su parte y al final se acabaría produciendo, por puro efecto de rebote, una reacción contraria, que desde luego en mí se produjo y que no se hubiera producido de haber sabido bien desde el principio de que estábamos hablando. Se corre siempre el riesgo de que ese lector pueda creer, que se le está intentando tomar el pelo, no tanto por el autor, como por los que lo jalean.

Esta reseña, se centra en EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS a manera de muestra, y su sentido es reflejar una realidad con la que convivimos algunos lectores. Cuando nos enfrentamos a cierta literatura, que, por la razón que sea, nos resulta difícil e incomprensible; ésta se sale de nuestros esquemas mentales, no la procesamos como es debido y se nos atraviesa completamente. ¿Podríamos afirmar por ello que no nos gusta? No, en sentido estricto si no la hemos comprendido bien; no se trata de un problema de desacuerdo estético (aquel sinsentido de que para gustos los colores) se trata de un sencillo problema de ceguera. Aquello que no se ve ¿Cómo puede gustar o disgustar?

En mi caso, EL CORAZON DE LAS TINIEBLAS de Joseph Conrad sirve de referente para explicar ese conflicto, pero podría hablar en términos parecidos, de Alessandro Baricco, Jean Paul Sartre, Samuel Becket, Juan Rulfo, Juan Carlos Somoza, Rosa Chacel, Arturo Bioy Casares o Jorge Luís Borges; en mi percepción, en todas estas lecturas late el mismo problema descrito aquí con el autor polaco. Podría redactar una reseña similar de cada uno de ellos y colgarla en las fichas de TIERRAS DE CRISTAL, LA NAUSEA, MOLLOY, PEDRO PARAMO, LA VENTANA PINTADA, BARRIO DE MARAVILLAS, LA INVENCIÓN DE MOREL Y EL ALEPH repitiendo los mismos argumentos, como de hecho ya hice en los dos últimos casos; pero ésta de The Heart of darkness, es en mi opinión, la más representativa del conflicto aquí expuesto.

De todas formas y sin renegar para nada de lo dicho hasta aquí; hace unos meses leí EL ESPEJO DEL MAR, libro de Conrad en el que habla de la navegación y de la mar y del cual escribí en SdL la reseña con el significativo título de “Patrones de yate, leedlo” y que yo creo que es la única reseña que he escrito con solo dos líneas, ya que al final me pareció tan temático, que pensé que sólo podría interesar a aficionados a la náutica y para remitirles al libro bastaban dos renglones. Bueno, pues EL ESPEJO DEL MAR sí que me gustó, aquí leí a un Conrad inteligible, pero debo decir que no es una novela sino una sucesión de relatos sacados de sus experiencias marineras. Son jugosos e interesantes para cualquiera, pero especialmente divertidos para los que hemos navegado a vela.

P.D. perdón por el rollo.

Escrita hace 12 años · 4 puntos con 5 votos · @sedacala le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@Hamlet hace 12 años

Saludos Sedacala!!
Interesante reseña la tuya, brillantemente expuesta e hilvanada, como ya es costumbre en todas las tuyas. Además cuenta con un aspecto destacado y que la convierte en totalmente inapelable, y que no es otro que está juzgada desde la más pura y sincera subjetividad. Como ya habíamos comentado (creo) en otra ocasión, aún admitiendo la insuperable subjetividad de arropa a toda crítica de lo que sea, se puede verter una opinión de dos formas distintas. Una que expone claramente, desde la más sincera y pura subjetividad, la particular percepción y juicio sobre una obra; y otra, que aún reconociendo la insuperabilidad total de lo subjetivo, apunta a lo trascendente e intenta en la medida de lo posible juzgar dejando a un lado los elementos del "gusto". Dicho de una forma más clara, se puede criticar o analizar una obra teniendo como referente el gusto particular de cada uno o analizar intentando desplazar al máximo ese referente del todo personal, lo cual no es cosa fácil. Esto último parte de la experiencia, en ocasiones confirmada, de que algo no nos gusta y aún así, desde un punto de vista analítico, nos parece magistral en su concepción. Hay libros que por gustos personales no entusiasman tanto como otros, pero aún así uno reconoce en ellos un estigma innegable de genialidad. Pienso que Conrad es un claro ejemplo de ello, sobretodo si pensamos en el como el autor de EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS. Quizás en otras obras de él, como GASPAR RUIZ o LOS DUELISTAS ese elemento, pese a un indudable maestría, no esté tan patente como en la obra que nos ocupa. EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS a mí parecer tiene un halo de fascinación, de misterio, de obra encriptada que no poseen otras de sus obras y quizás por ello es la principal responsable de que se le considere un autor de culto.
Leyendo el breve pasaje que seleccionas, y aún cuando mi recuerdo de esta novela es ya muy lejano, por un momento esa fascinación por la naturaleza y por el hombre que desprende toda la novela se vuelve a conjurar ante mi mente. Conrad, cual Shaman literario, traslada con sus palabras, como si de un conjuro se tratara, a una tierra de misterio y tinieblas que apunta al origen de la Naturaleza y el Hombre; a un origen primigenio donde tanto la Naturaleza como el propio Hombre eran fascinantes en un sentido fuerte, de embotamiento mental, de atracción inenarrable (salvo quizás para Conrad y otros genios de su talla) para el hombre. Y la distinción que hago entre Hombre y hombre está plena de significado. Conrad, como un antropólogo o filósofo, intenta apuntar hacía aquello más profundo y primigenio que se encuentra en el origen de los hombres, pero que ha quedado camuflado o velado por la civilización y la cultura, pero que aún con todo se erige como motor de todo lo humano.
No se debe olvidar que Conrad fue un gran viajero que tuvo la oportunidad de viajar a lugares prácticamente vírgenes y poco hollados por el hombre civilizado, y esta novela se nutre artísticamente de esa experiencia casi metafísica. El pasaje "Estamos acostumbrados a verla bajo la forma encadenada de un monstruo dominado, pero allí, allí podías ver algo monstruoso y libre." no puede ser más claro en ese sentido. Conrad habla de la experiencia profunda y reveladora de un hombre acostumbrado a tratar con una naturaleza domésticada, encadenada por la ciencia y tecnología del hombre occidental, con una Naturaleza desbordante, descontrolada, originaria, donde el hombre no es más que un ser insignificante a su lado. Es esa reveladora experiencia pagana uno de los aspectos descritos en esta obra. De hecho, ha habido muchos pensadores que han tratado este tema, el del hombre en su relación y visión de la naturaleza. Los griegos por ejemplo tenían una concepción de la Physis "naturaleza" muy distinta a la nuestra y que evidentemente condicionaba su relación con ella y con el mundo. Es más, algunos como Adorno y Horkheimer en su DIALÉCTICA DE LA ILUSTRACIÓN utilizan a Ulises como paradigma de ese nuevo hombre que instrumentaliza la realidad y la naturaleza según su propio provecho. Un hombre que se cree por encima de ella, su amo y señor, quizás porque no es consciente de su sobrecogedor poder. Las catástrofes climatológicas, por poner un ejemplo, siempre han sido muestras para el hombre de mentalidad no tan occidental una prueba de que en el fondo nuestro dominio de la Naturaleza es sólo aparencial, un simple juego de un niño que se cree superior a sus padres mientras estos le dejan.
Pero bueno, este es un tema cultural y filosófico que tampoco desarrollare (para no aburrir jejeje) en este comentario a la interesante reseña de Sedacala. Tan sólo decir que Conrad no destaca por estos significados o consideraciones filosóficas que ponen de relieve ese choque brutal entre las distintas concepciones de naturaleza u hombre (tan habitual en el periodo colonialista) si no por como lo convierte en algo artístico. Como dijo H.L Menken " Tal vez hayan existido novelistas más grandes que él, pero creo que Conrad era, sin duda, el más grande artista que haya escrito una novela".

@Hamlet hace 12 años

Ah, y aludiendo otra vez al texto citado pienso que lo de "tenía la sospecha de que no fueran inhumanos" viene al caso porque la mayoría de colonizadores tenían la firme convicción y prejuicio de que los aborígenes eran inhumanos. Por eso la frase está escrita en sentido negativo. En lugar de decir tenía la sospecha de que eran humanos, Conrad opta por una frase más esquiva, de resistencia póstuma de un colonizador que empieza a intuir que no son inhumanos aunque quizás aún ni se atreva a confesarse que son tan humanos como él. Lo de "brotaba lentamente" es porque Conrad expresa un conocimiento intuitivo, no intelectual, que nace una verdad revelada en nuestro interior. Es una concepción del conocimiento auténtico que se remonta a los griegos primitivos más paganos, los misterios órficos, etc, donde la verdad no es algo descubierto o intelectivo sino algo "desocultado" , una revelación casi mística. De hecho el conocimiento para los griegos presocráticos era "aletheia", un desocultar lo velado. Esta idea se transmite, pese a la clara dominación y pujanza del conocimiento más científico, hasta nuestros días. Por poner un sólo ejemplo, expertos en Teoría de la Ciencia o Filosofía de la Ciencia como Popper hablan de esa "creatividad" o intuición para elaborar una teoría que cobra fuerza (de ahí su cientificidad) cuando se contrasta y somete a prueba. Einstein y tantos otros hicieron teorías científicas revolucionarias a partir de intuiciones más o menos creativas. Su suerte y mérito es que estas se revelaron aptas para explicar la realidad.

@sedacala hace 12 años

Todo lo que dices, es cierto Hamlet, no cabe duda de que ese embrujo y fascinación por lo misterioso, oculto, primitivo, salvaje o cualquier otro concepto similar están vertidos por su autor en la novela. Si relees mi reseña veras que yo mismo ya lo admito. Quiero decir que cinco años después de haberla leído, y con muchos libros por medio, mi juicio de lector es seguro que ha variado y probablemente si la volviese a leer hoy, no tendría las mismas sensaciones, entre otras cosas por que ahora sé de que va y como digo en la reseña, tener un concepto claro de que es lo que se va a leer es muy importante. Pero no por eso voy a variar la reseña, por que tenemos que respetar también el juicio de los que la leen sin una información previa, y también desprovistos de ese bagaje literario que te haya ido curtiendo.

Yo sé positivamente, que una opera wagneriana, por ir al ejemplo musical, es muy difícil de aceptar por un aficionado a la música de nivel medio y con una experiencia musical limitada. Que a alguien así le guste de entrada esa música que parece repetir machaconamente el leit-motiv me parece casi imposible excepto casos de extraordinaria intuición musical. Pues esto es igual, al que coge EL CORAZON DE LAS TINIEBLAS sin mayor información previa, creyendo que va a ser un libro entretenido, no comprende nada, y cuando dice “no me ha gustado” no puede achacársele falta de sensibilidad o de percepción, por no haber visto lo mismo que has visto tú Hamlet, que cualquier lector de los que estamos en SdL, sabe que tienes una especial sensibilidad para esos temas, y que además tienes una mente bastante despejada. Desde luego que no es, o más bien no fue mi caso cuando leí el libro. Y no creo que fuese yo el único.

En resumen sirva este comentario para reivindicar el derecho de un lector normal a no enterarse de nada, y no para luego irlo pregonando, sino por que realmente ha sido así. Mi capacidad de comprensión de un texto retorcido (aunque maravilloso) es limitada. No tanto mi sensibilidad, y sé que cuando capto sensaciones maravillosas en un texto (tengo buenas sensaciones) no debo recriminar directamente al que no las ha sabido encontrar.

En fin que el tema este de las capacidades del lector está ahí y se puede decir mucho de él. Yo sólo digo que respetemos las capacidades y las limitaciones de cada cual e intentemos razonar y argumentar. No creo que deba convertirse la lectura, en una cancha en la que compiten varios bandos, el de los puristas por un lado, el de los lectores de best-sellers por otro, los del género fantástico por otro y por fin los que les gusta sólo lo muy facilito; y todos enzarzados en ver quien se lleva el gato al agua. Creo que esos partidismos no son buenos y la mejor medicina para erradicarlos es entrar en un debate franco pero abierto a todos los juicios, que todos son respetables y aquí ni ganamos ni perdemos, es nuestro propio criterio el que saldrá favorecido.

@Hamlet hace 12 años

Completamente de acuerdo Sedacala. Vaya por delante a modo de aclaración que en ningún momento, o al menos no ha sido mi intención, he menospreciado ni recriminado ninguna opinión o he considerado mejor o peor una manera de enfrentarse a una obra (con información previa o sin ella) o de juzgarla. Tampoco he achacado ninguna falta de sensibilidad o percepción a nadie ni he recriminado directamente nada. De hecho suscribo sinceramente tu razonamiento y lo que dices. Un saludo!

@sedacala hace 12 años

La reivindicación a que hacía yo referencia, no iba por ti, a quien veo como un ejemplo de deportividad y fair play, ni iba por nadie en concreto, sino por esa especie de sutil presión ambiental que a veces uno tiene cuando nota que va en contra del sentir mayoritario de opinión.

@Hamlet hace 12 años

Me quitas un peso de encima, que había releído de nuevo mi comentario en busca de lo que te pudiera haber disgustado. Y es cierto que siempre subyace esa sutil presión ambiental contra el sentir mayoritario, pero eso pasa en todas partes y creo que es difícilmente superable. Conrad, poniendo el ejemplo cercano, es quizás por aquí y en otros ámbitos una de esas "vacas sagradas" literarias, al igual que Ken Follet, por poner otro ejemplo, lo es en otras, etc. Estamos en lo de siempre, según el círculo donde viertas la opinión está puede sentar de una forma u otra y provocar unas u otras reacciones. Un ejemplo claro para mí y que tengo comprobado es EL QUIJOTE. Si dices que es un tostón (lo cual no pienso) en un entorno de lectores ocasionales devoradores de best-sellers es probable que encuentres aprobación sin embargo, esa misma opinión en un entorno más intelectualoide, de lectores puristas o canónicos, esa misma afirmación conduce al ostracismo, o a ser considerado un inculto incapaz de admirar su grandeza, aún cuando muchos de ellos inconfesamente pudieran pensar lo mismo. No obstante, creo que en SopadeLibros, al menos de momento, estamos en una línea muy positiva de variedad de gustos y de compartir opiniones diferentes con respeto recíproco. Eso sí, lo de que si uno crítica severamente una obra defendida por muchos se generen más comentarios y defensas a ultranza también se da, cosa que no me parece tampoco anormal ni reprensible siempre y cuando se haga con respeto y nadie se sienta molesto. El enfrentarse a esa sutil presión también tiene lo suyo!!! jeje Yo lo veo una prueba constatable de espíritu crítico propio, de autenticidad, y eso siempre es valioso no sólo para el que lo posee sino para los que pueden leer sus opiniones (compartiéndolas o no). Un saludo amigo!!!
PD (Otra cosa que me encanta de la página es que no siempre hablamos de libros concretos y en ocasiones, como está, reflexionamos sobre aspectos literarios e incluso metaliterarios. A seguir así)

@Tharl hace 12 años

Solo quiero decir que me acabo de leer la reseña y no he podido evitar continuar y ojear vuestra conversación. Un placer leeros y además estoy de acuerdo en todo con vosotros. A mi también me encanta que en SdL salgan reflexiones sobre aspectos literarios más abstractos y que transcienden libros determinados.

Genial reseña Sedacala, un placer leerla y curiosamente hasta me han entrado ganas de leerme el libro, desde luego me ha gustado el párrafo. Aunque leeré antes EL AGENTE SECRETO que ya lo tengo en mi casa.

@sedacala hace 12 años

No es que no hayas podido evitar leer nuestros comentarios, es que son públicos y están ahí para ser leídos por el que tenga a bien hacerlo. Así que no has de disculparte, pero sí es cierto que le has echado mucha moral para ello, por que veo que nos extendimos bastante, y te llevaría un ratito.

Y está claro que hablar de literatura es casi como hablar de todo lo divino y lo humano. Por lo tanto cualquier tema es posible, si sale a colación.

@Tharl hace 10 años

Pues parece que no comencé por "El agente secreto". No me arrepiento.

Qué decir, sedacala. Gracias a ti me decante a leerlo. Gracias.

Tu reseña es un arma de doble filo. Apoyarte en ese párrafo de Conrad, escogido o no a propósito, fue todo un acierto. Es un vivo ejemplo del poder que tiene Conrad con la palabra. Un párrafo realmente maravilloso. Solo lo había leído en tu reseña, y se me debió de quedar tan grabado que, al releerlo más de un año después en el libro, me resonó de inmediato. Y ahora, como le ocurrió a Hamlet, al releerlo en tu crítica he vuelto a rememorar las sensaciones que viví la semana pasada.

Sigo de acuerdo con vuestras opiniones y el debate generado. Solo me gustaría sugerir una impresión. Al contrario que tú, yo me enfrenté al libro esperándome una obra de considerable dificultad. Y lo es. Aun así, me resulta increíblemente atractiva y ligera. Hay una gran densidad de conceptos sí, pero formalmente me ha resultado ligerísima y muy, muy atrayente. Lo difícil, como dices, es penetrar hasta el fondo en la tenebrosa escritura de Conrad. Pero sospecho que, si admitimos como algo natural la imposibilidad de comprenderlo todo a la perfección -al fin y al cabo nunca lo hacemos en totalidad y menos en una primera lectura-, podemos disfrutar plenamente la lectura como si de una viciada novela de aventuras se tratase.

De nuevo, gracias. Ojalá este comentario sirva para traerte de vuelta al mundo de los soperos.