LA INDEFERENCIA COMO ESTILO DE VIDA por Nastenka

Portada de EL EXTRANJERO

"María vino a buscarme por la tarde y me preguntó si quería casarme con ella. Dije que me era indiferente y que podríamos hacerlo si lo quería. Entonces quiso saber si la amaba. Contesté como ya lo había hecho otra vez: que no significaba nada, pero que sin duda no la amaba. «¿Por qué, entonces, casarte conmigo?», dijo. Le expliqué que no tenía ninguna importancia y que si lo deseaba podíamos casarnos. Por otra parte era ella quien lo pedía y yo me contentaba con decir que sí. Observó entonces que el matrimonio era una cosa grave. Respondí: «No.» Calló un momento y me miró en silencio. Luego volvió a hablar. Quería saber simplemente si habría aceptado la misma proposición hecha por otra mujer a la que estuviera ligado de la misma manera. Dije: «Naturalmente.»"

Mersault, el protaginosta, es uno de los personajes más complejos con los que me he encontrado, cuesta digerir su indiferencia ante todo, su apatía, su falta de reacción ante los hechos que sacuden brutalmente su vida( a veces daban ganas de sacudirlo),
Criticado y condenado por la sociedad, después de todo, él no es más que el producto de la carencia de valores de dicha sociedad.
Historia corta pero intensa. Al llegar al final no queda esperanza...

Escrita hace 12 años · 3.4 puntos con 7 votos · @Nastenka le ha puesto un 9 ·

Comentarios

@Poverello hace 11 años

"Entre todos la mataron y ella sola se murió", que reza el refranero popular. Como a ti, Nastenka, Mersault me resulta un personaje muy peculiar aunque no del todo difícil de entender, y que en grandes dosis me recuerda al Bartleby de Melville: un pragmático, como muchos desean ser, existencialista, nihilista y que ni siquiera hasta el final es capaz de plantearse si existe para él, o ha existido, la esperanza. Una frase resume su filosofía: "todo el mundo sabe que la vida no merece ser vivida". Lo peor es que, en realidad, también resume la vida de quienes lo rodean (Raimundo, Salamano e incluso María) que o participan de su forma de caminar por el mundo o no hacen nada para cambiarlo.
Ciertamente, todos en cierta medida son extranjeros, porque no se encuentran ni se sienten partícipes de la historia que les grita, que les pide... mientras ellos permanecen inmutables, amables ante sus propias justificaciones pues ya han encontrado un chivo expiatorio que los declare inocentes de dejarse llevar por la costumbre, por muy horrible que esta sea.