AQUELLOS VIEJOS TIEMPOS por sedacala

Portada de RETORNO A BRIDESHEAD

Parece, leyendo este libro, que Waugh ponga su prosa al servicio de un objetivo concreto: la perpetuación de su época, como el momento clave de la Historia, aquel en que todo lo que tiene que pasar, pasa. O por lo menos, todo lo sublime, todo lo trascendente, lo maravilloso… lo terrible, lo trágico, todo, en una extraña sucesión de bueno y malo. ¡Que tiempos aquellos! parecen decir sus personajes en un arranque de nostalgia y melancolía.

Nace en 1903, muere en 1966, la mayoría de sus novelas, se concentran entre el año1928 y finales de los años cincuenta. Por tanto el momento histórico de referencia, comprende, los años de entreguerras, la Segunda Guerra Mundial y la posguerra. Y ciertamente, los hechos históricos habidos en ese tiempo son trascendentales, y marcan profundamente la vida de las personas que los vivieron. Por otra parte, el estilo de Waugh, es propicio a recrearse en la remembranza y el sentimentalismo. Así, aquellos acontecimientos políticos y bélicos, que estremecieron al mundo, impregnan su descripción de la época, de un aura de intensa emoción vital.

Pero más allá de la evocación, a la hora de llevar todo eso a las páginas del libro, su prosa resulta árida, poco fluida, poco hilvanada, en resumidas cuentas, se me hace cuesta arriba su lectura.

Y es una pena, por que el desarrollo de la trama, centrada en esa familia de personajes extravagantes y a la vez católicos, paseando su militancia papista en pleno feudo anglicano, es muy interesante. Ese deterioro paulatino de su brillantez mundana, esa devoción por los objetos artísticos que a pesar de su vanguardismo el tiempo va convirtiendo en rancios, así como por el buen vivir, las fiestas, los viajes, el amor… y la música de Cole Porter sonando con ese punto de melancolía que siempre asoma inequívoco, entre sus alegres notas; todo ello crea alrededor un mundo sofisticado y atractivo, con ese estilo británico tan deportivo y elegante, con sus campus universitarios de vieja solera, su modo de vida liberal y sexualmente ambiguo; mundo dramaticamente inmerso en la confiada alegría de los años treinta, que camina inequívocamente hacia el abismo mas profundo.

Pensaba yo, que en estos años veinte y treinta, la literatura inglesa, que había dado ejemplos, para mi, tan interesantes como D H Lawrence (EL AMANTE DE LADY CHATERLAY) o E M Forster (UNA HABITACIÖN CON VISTAS), podía tener en Ewelyn Waugh otro interesante elemento. Pero su prosa, trompicada, a mí parecer, más de lo debido, empaña un apetecido viaje literario, que, de tiempo atrás, tenía ganas de recorrer y que, al final, ha resultado ser notablemente decepcionante.

Escrita hace 13 años · 4.5 puntos con 4 votos · @sedacala le ha puesto un 5 ·

Comentarios

@Guille hace 9 años

Vaya, sedacala, pues yo incluso le habría dado más nota si no hubiera sido por el final. Eso sí, debo decir que siento debilidad por la elegancia, la ironía, el sentido del humor y la mala leche que es frecuente encontrar en obras inglesas que tratan sobre su aristocracia y su adaptación a la nueva realidad social que empezó a emerger en el siglo pasado. Y para mí, esta es una de ellas. La famosa flema inglesa, el decoro por encima de todas las tragedias que se puedan estar viviendo, es algo que me fascina y me repele a un tiempo.

También está a su favor esos maravillosos personajes secundarios, como el primogéntio Brideshead, el "gusano" Samgrass, el arribista Rex o "la loca" Anthony, cuyos diálogos me parecen extraordinarios.

Pero falló al entrar a matar, al menos en lo que a mí respecta. No sé quién dijo que la religión es como el vino, hay a quien le sienta bien y a quien le sienta mal. En esta novela asistimos al segundo caso... al menos eso me pareció durante gran parte de la novela, pero el final lo cambia todo. El autor justifica todo lo acaecido a los personajes (nada bueno, por cierto) en aras de una religiosidad que pone por encima de todo. Le echaremos la culpa a la crisis religiosa del autor, que ya mayorcito le llevó a convertirse al catolicismo.

@sedacala hace 9 años

Caramba Guille, has ido a comentar una reseña de una obra que escribí y leí hace mil años y casi no me acuerdo. Pero sí te puedo comentar una cosa, que no sé si habrás intuido en el tiempo que llevas en SdL y es, que yo soy muy especial a la hora de asimilar los textos. Los hay, curiosamente, muy difíciles que asimilo perfectamente, y los hay relativamente sencillos que no asimilo bien. En el primer caso está por ejemplo Proust y su obra, en el segundo está R. L. Stevenson y la suya. ¿La razón de esto último? Ni idea, pero debo decir que no digiero bien la prosa de Stevenson y mira que he leído ya unos cuentos libros suyos, me cuesta, se me hace áspera y trabada. Pues bien, Con Evelyn Waugh me pasó lo mismo, el tema me gustaba, los personajes también, la época me parecía fascinante…, pero, su texto no se me hizo cómodo en ningún momento. Aun así, todo lo demás del libro sí me gustó y concretamente no me resultó ningún problema todo lo relativo a la infrecuente profesión de fe católica en pleno feudo anglicano. Sí me resulta curioso, ese y algún otro caso de escritores ingleses católicos, como A.J. Cronin, o Chesterton.

@Guille hace 9 años

Te entiendo perfectamente. A todos nos pasa algo parecido, cuestión de feeling.

A mí no me resultó ningún problema su profesión de fe católica. Lo que me chocó mucho fue que todo lo que yo interpreté a lo largo de la obra como un ataque a la mala influencia de una religiosidad estricta y desfasada se torna al final en una loa a esa religiosidad.

@Faulkneriano hace 6 años

Pues yo llevo la tira de escritores católicos: Forster, Graham Greene, Vaugh... y los que me quedan en este paseo que me estoy dando por la literatura inglesa del siglo pasado. Brideshead me parece una novela excelente. A falta de leer su trilogía Una espada de honor, me parece la mejor obra de Vaugh, un tipo, cuando menos, peculiar.