TODO FLUYE, NADA PERMANECE por Tharl

Portada de METAMORFOSIS

Grecia -ese país medio asiático medio europeo, necesitado de incendios políticos o forestales para salir en los medios- tiene una magia única e irresistible. Y es que cada rio, peña, flor, ave y montaña tiene una historia, un mito, una historia mágica que cantará Ovidio haciendo de la belleza su único protagonista. Así, igual que Narciso se enamoró de su imagen -mito precioso dicho sea de paso- Ovidio nos enamora de la mitología y de nosotros mismos. Leyendo sus páginas nos encontramos inmersos en la contemplación de unas agitadas aguas antiguas y míticas, y sobre ellas, contemplamos absortos nuestro reflejo, nuestra humanidad. Quedando cautivados por ella. Y es esa la grandeza de Ovidio (y la mitología), al lograr cantar -pues canta más que narra- conflictos humanos intemporales y universales envueltos en la magia y belleza de la mitología.

¿Entonces porque no poner el diez? Por su inconstancia. En EL (:S) vi una reseña de un tipo que afirmaba que lo dejo tras leer el mito de Narciso pues juraba que la belleza alcanzada en ese momento era inigualable. Y es que en parte tiene razón. Todo el libro son metamorfosis -¿Quién se lo iba a esperar?- y Ovidio para no caer en la repetición -son demasiadas páginas de metamorfosis- decide variar todo lo posible entre unas y otras dando lugar a continuos altibajos. Están, para mi gusto, en el punto culminante los monólogos femeninos que tan bien representan el conflicto interno de las heroínas -En boca de Medea: "Veo el bien y lo apruebo, pero hago lo peor"- entre destino y deseos, amor y deber. Es curioso que solo utilice este recurso con las mujeres... Por mi parte me ha dejado con grandes ganas de leer las "heroidas". También destacaría el mito de Narciso sobre todos los demás y el discurso de Pitágoras –con ecos de Heráclito “todo fluye nada permanece”-, que da sentido a toda la obra. Pero en el punto más bajo, y por desgracia es más frecuente de lo que debería, tenemos varios catálogos que resultan tan útil a historiadores y mitógrafos como tedioso a lectores actuales.

Para ir terminando decir que el libro, a pesar de algunas ediciones, es una composición lírica y debe leerse como tal, deleitándose en la forma, en la belleza de sus palabras e imágenes y procurando no saturarse, evitar los atracones y no poner en ningún momento el piloto automático de lectura. Seguro que también soporta lectura más narrativa -como pretenden ciertas ediciones- pero no tan enriquecedora.

Y para concluir recomendárselo a todo aquel que quiera introducirse en la mitología o en la literatura antigua (mucho mejor que la Ilíada o el corpus Hesiódico) aunque para ello necesite una edición bien comentada o se perderá y para el que ya sea aficionado a ello recordarle que este libro es una parada obligatoria que no le decepcionará.

Desde luego no es de extrañar que tanto la mitología grecorromana como está obra hayan pasado a la historia y marcado tan profundamente nuestra cultura entronándose en el arte. Hasta ahora. Parece que nosotros ya no necesitamos de este rico universo, pues cada vez lo abandonamos más. Total quién necesita mitología teniendo miles de héroes diarios en televisión o un universo tan antiguo cuando ya tenemos el de crepúsculo. Y ¿tragedia?¿ De veras algún Griego podría ser más trágico e interesante que el día a día de Belén Esteban?

Escrita hace 13 años · 4.3 puntos con 7 votos · @Tharl le ha puesto un 8 ·

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