Sinopsis
Fueron muchos los pintores que sufrieron en vida multitud de desdichas, nulo reconocimiento a su labor, y penalidades sin cuento. No le ocurrió eso a Toulouse Lautrec, hijo de una familia noble, cuyo padre y demás familiares impulsaron por el camino del arte de la pintura. Pero… por otra parte, tampoco la vida le sonrió al pintor del sur de Francia, puesto que ya desde su niñez padeció una enfermedad congénita que le debilitó terriblemente las piernas, convirtiéndole casi en un enano que apenas podía andar.
Pese a ello Toulouse-Lautrec nunca perdió el ánimo, y al trasladarse a París no tardó en abrirse camino, particularmente como el \"pintor del Moulin-Rouge\", como fue conocido en su época, y aún se le conoce hoy día.
Toulouse-Lautrec fue un gran cartelista, siendo él quien elevó el cartelismno a la categoría de arte de la pintura. También son famosos sus cuadros sobre el ambiente desenfrenado y bullicioso del París del can-can y el brillante galop. Toulouse-Lautrec gozó ya en vida de justa fama, fama que cada vez ha ido en aumento hasta conducir el nombre del pintor a los peldaños más altos de la escalera de la gloria.
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