Sinopsis
El excelente Bradbury de Fahrenheit 451 y los relatos de ciencia-ficción vuelve a sobresalir en esta novela –publicada en 1985-, que supone una incursión del escritor norteamericano en el género negro, como homenaje a Chandler, Hammet y Macdonald. Su sello personal consigue convertir un amasijo de crímenes y de terror en una profunda indagación sobre la soledad humana, que lleva aparejada consigo la muerte. El escenario elegido es Venice –la Venecia californiana- a mediados de siglo, en plena destrucción de un muelle que borra también las huellas del pasado: las excavadores pulverizan un viejo parque de atracciones y un cine, testigo en otros tiempos de las grandes películas del cine mudo. Alrededor se mueven solitarios empedernidos y comienzan a sucederse los crímenes. Un escritor de relatos policiacos y un detective que también escribe a escondidas vivirán su particular aventura en busca de testigos, huellas y asesinos, con la duda inquietante salvar a las futuras víctimas. La fuerza expresiva de Bradbury, repleta de imágenes sorprendentes, humor e ingenuidad, logra transformar lo sórdido en material poético y auténticamente humano, como antes lo hiciera con los marcianos o los devastadores de libros. Quizá su debilidad y nostalgia por el pasado le hayan convertido tan temprano en un clásico de la literatura, como esa antigua actriz de La muerte es un asunto solitario que no posee radio, ni televisión, ni periódicos, y sólo proyecta una y otra vez las viejas películas.
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